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Muertes repentinas

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Fecha Publicación: 10/09/2025 - 22:10
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Un pacto soterrado de silencio en la prensa pretende mantener en secreto lo que nos está saltando en el rostro: familiares, amigos, vecinos, conocidos que están muriendo repentinamente, sin que hayan tenido enfermedades, o por extrañas enfermedades que les aparecieron o se les agravaron después del 2021.
Futbolistas, atletas de alta competencia, bailarines, gimnastas, jóvenes que gozaban de excelente salud antes del 2021, repentinamente están cayendo muertos en los estadios. Niños de 8 a 14 años amanecen muertos en sus camas, escolares mueren repentinamente en el patio del colegio, en el salón de clase o jugando en el barrio.
Médicos, enfermeros y personal auxiliar de salud están muriendo con una frecuencia e índice de crecimiento sin precedentes en este sector de la población. Personas de todas las edades, desde recién nacidos, están muriendo repentinamente; artistas, actores y actrices, periodistas, conductores de medios de comunicación, políticos y autoridades menores de 60 años mueren repentinamente sin ninguna explicación, y se les diagnostica fallecimiento por infarto.
Pilotos de avión han tenido que hacer aterrizajes de emergencia porque han tenido infartos en pleno vuelo; otros no han llegado a controlar su estado y han caído con avión y pasajeros. Las noticias anuncian inexplicables caídas de aviones en todo el mundo con resultados fatales.
Las muertes entre personas de 30 y 50 años se han hecho más intensivas desde el 2023, siendo notable que no tenían enfermedades previas, ni siquiera en el momento de fallecer. Lo extraño es que los familiares no tienen explicación alguna de esto, pero se niegan a reconocer la vinculación de estos fallecimientos con la vacunación con ARNm contra el Covid-19 y otras enfermedades, que informes científicos ya están reportando en todo el mundo, con validación de la debida revisión por pares.
Desde “que seguro tenía una enfermedad que las vacunas la evidenciaron”, hasta “que tal vez tenía una dolencia oculta que no se le había diagnosticado”, son argumentos de los deudos, que demuestran una extraña renuencia a admitir que sus familiares murieron por efecto de la inoculación de inyecciones letales con efecto programado en el tiempo, según lotes y laboratorio fabricante, para que parezcan muertes naturales.
Si algo debe estar tratando de comunicar Jaime Chincha a sus colegas es que renuncien al silencio impuesto y empiecen a investigar y denunciar a los responsables de su repentino fallecimiento y de millones de personas que en el Perú y el mundo están muriendo de modo inexplicable por efectos de las falsas vacunas con ARNm y óxido de grafeno, que les están produciendo infartos fulminantes.
(Empiecen por el informe COVID-19 INJECTIONS: HARMS AND DAMAGES, Dr. Andrew Zywiec y 10 científicos, publicado en la revista Journal of American Physicians and Surgeons).

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