Musk y la libertad
La progresía globalista se lamenta. Los patriotas celebran. Elon Musk entró con pie firme a Twitter, despidió a los altos ejecutivos proclives a la censura y el mundo es hoy un poco más libre. El hombre más rico del mundo lanzó el tuit “El pájaro ha sido liberado”, tras cerrar la compra de la red social por 44 mil millones de dólares. El mercado respondió con un alza de las acciones que ya dejaron de cotizar en la bolsa de Nueva York.
Twitter está ya en manos de un “absolutista de la libertad de expresión”, de un fascinante innovador (PayPal, Tesla, Space-X, Neuralink, Solar City, entre otros). El jueves Musk tuiteó: “es importante para el futuro de la civilización tener una plaza pública on-line, donde gran variedad de opiniones puedan debatirse saludablemente, sin recurrir a la violencia”. Palabras que son el certificado de defunción de la censura allí imperante. El presidente Donal Trump fue una de las víctimas, cancelado en 2021. Ahora dice estar “feliz de que Twitter esté en buenas manos y no sea dirigido por lunáticos y maníacos de la izquierda radical que odian a nuestro país”. Musk anunció ayer que formará un comité de moderación de contenidos con personas con puntos de vista “muy diversos”.
Este hombre genial, con síndrome de Asperger (dentro del espectro autista), es padre de seis hijos y dijo en 2020 a ‘The Independent’, que “los bebés son súper geniales y la gente realmente necesita tener más bebés porque sino la humanidad desaparecerá”. También declaró que es un desperdicio pensar en el sexo sin el deseo de procrear: “Una cantidad realmente inmensa del pensamiento se ha dedicado al sexo sin un propósito. Lo que es tonto. ¿Por qué lo haces? ¿Porque hace feliz al sistema límbico? Es absurdo”. Pese a estas declaraciones, no es un hombre religioso, aunque recientemente visitó con su simpática prole al papa Francisco.
Twitter será el ágora digital donde las ideas contribuyan a enriquecer el pensamiento del siglo XXI. Musk será implacable con las cuentas falsas y los ejércitos de bots utilizados para torcer la verdad y demoler honras. Así, los hijos del “Foro de Sao Paulo” (hoy Grupo de Puebla) se quedarán sin una de sus armas más efectivas para destruir candidatos y desinformar sobre denuncias de fraudes electorales.
Tanta libertad ha puesto nerviosos a los políticos: “En Europa, el pájaro volará según nuestras reglas”, tuiteó Thierry Breton, comisario de Mercado Interno de la Unión Europea. ¿De dónde viene el miedo de las élites progresistas? Ocurre que Twitter quedará fuera de su control y no se usará como instrumento político ni de seguimiento, como sabemos hacen las Big Tech.
Musk en Twitter garantiza que el pajarito azul no será acallado por sensiblerías que afectan a la generación de cristal ni por alianzas con el socialismo del siglo XXI. Progres, a llorar al río.
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