Nadine: sospechosa de asesinato
Como quien sale de vacaciones, la corrupta Nadine Heredia está ya en Sao Paulo, ni más ni menos que como refugiada política. ¿Quién la persigue? La mayor sospechosa de la muerte de su empleado Emerson Fasabi Moscovich fue recibida con los brazos abiertos por el comunista y ratero consumado Inazio “Lula” da Silva. Y es que Nadine era también servil a las corruptas constructoras Odebrecht y OAS, que tantos millones repartieron, inclusive a caviares que hoy callan el asilo de escándalo.
El ex empleado de los Humala-Heredia, Emerson Fasabi, de 27 años, murió en 2015 en circunstancias extrañas. El muerto fue encontrado en el cuarto que alquilaba a pocas cuadras de la casa de quien fingía de presidente, cuando quien ordenaba —hacía y deshacía— era ella. Evitó declarar abiertamente sobre el tema, se iba por las ramas, fue como si jamás ese pobre hombre hubiera trabajado para su familia.
Cuando se filtró el contenido de las agendas que la complicó y Verónika Mendoza era su secretaria, ella se obsesionó, creyó que él la había traicionado, que fue el Judas que sin besarla la vendió y que la mostró en toda su ambición, frivolidad y corrupción. Las necropsias arrojaron que Fasabi murió de hemorragias hepáticas y pancreáticas de la nada. Semanas más tarde, el abogado Sandro Balvín Sáenz denunció que fue un homicidio y que la responsable intelectual sería Nadine Heredia.
Sobre el asilo brasileño, en el programa “Al Final del Día” de la destacada periodista Diana Seminario, el ex congresista aprista Mauricio Mulder contrastó el veloz asilo de Heredia con la negación al real perseguido Alan García. Mulder acusó la doble moral de los caviares, recordando sus críticas a García y su silencio actual ante la situación de Nadine.
Pero la asilada a quien nadie persigue, tiene más en su haber que corrupción y lavado de activos. Su desesperación por el poder —pocas veces vista— la llevó a meterse en el PRONAA (Programa Nacional de Alimentos, luego Qali Warma) cuando era ministra de la Mujer Aída “Mocha” Naranjo (hoy del partido de la Mendoza), quien por su dejadez e incompetencia permitió que tres niños murieran envenenados en Redondo, Cajamarca, en 2011. Y mintió a la prensa, al Congreso y a las propias madres que habían perdido a sus hijos. Mientras esos tres niños eran enterrados, ella bailaba con el Puma Carranza, feliz. Ante la prensa culpó a las humildes madres de haber preparado los alimentos en baldes contaminados con veneno, y al Congreso le dijo que eran alimentos comprados en tiempos del Apra.
Para ayudar a la asesina mediata de los tres niños en Redondo, la luego sospechosa del asesinato de Fasabi tuvo la ocurrencia de que la enviaran de embajadora al paraíso fiscal de Uruguay.
Ese es el Perú, señores. La sospechosa del asesinato de Fasabi, amén de corrupta, de asilada política y la asesina mediata de tres niños en Redondo, es presunta candidata al Senado por el partido de la Flor Roja (¿amapola?) de Verónika Mendoza, exsecre de Nadine. ¿A dónde vamos?
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