No hay crisis sin gestores
Uno de los peores problemas en gestión de organizaciones es pretender resolver los problemas o las crisis que devienen de estos tratando de encontrar a los culpables, pues es el método más desacertado para resolver las crisis y los problemas que las generan, pues endilgar la responsabilidad a uno u a otro no resuelve nada.
Martín Vizcarra ha acogido este método de modo reiterado, demostrando no tener idea de lo que ha ido engendrando con su campaña mediática de desprestigio del Congreso, que nos ha costado millones de soles del Tesoro Público, a fin de lograr precaria legitimidad social y de su falsa lucha anticorrupción, sobre la base de mentiras propaladas por los medios, que nos han hecho creer que el mundo al revés que está construyendo en el Perú por mandato del Gobierno Mundial es el camino al desarrollo.
Un mundo al revés donde lo bueno es malo y lo malo es bueno, donde los que trabajamos esforzada e incondicionalmente por el reconocimiento y defensa de los derechos humanos por varias décadas somos los “antiderechos” y los que buscan destruir los derechos humanos con la promoción de falsos derechos son los “defensores de los derechos humanos”, que “merecen la protección del Estado de las opiniones discriminatorias de las hordas fundamentalistas”, que creemos que lo bueno es bueno y lo malo es malo, y nos atrevemos a decirlo.
El problema de Vizcarra es haber seguido la pauta de gente ideologizada y financiada, que nada sabe de gestión pública y menos de principio de legalidad y de respeto al Orden Constitucional, como base moral y de orden público de la nación, lo que lo ha llevado a efectuar propuestas legislativas al Congreso con carácter de extorsión política, bajo amenaza de cerrarlo.
Justifica su propuesta de adelanto de elecciones, en la supuesta acción obstruccionista de un Congreso que ingenuamente le ha dado varias leyes de otorgamiento de facultades legislativas, por lo que la mayor cantidad de normas legales emitidas desde el 2016 las ha expedido el Ejecutivo, sometiéndonos al plan del Gobierno Mundial de Soros y sus amigos, y garantizando la impunidad del Club de la Construcción. Echarle la culpa al Congreso de esta crisis, que tiene conflictos gravísimos que están explotando en todo el país, es pretender encubrir su rol de gestor principal de esta crisis y disfrazar de demagogia su incapacidad moral.
Puedes encontrar más contenido como este siguiéndonos en nuestras redes sociales de Facebook y Twitter.