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O cambian el Gabinete o cambiamos a todos

Fecha Publicación: 11/05/2020 - 21:10
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Los peruanos ya no aguantamos más, entramos a la cuarta prórroga de la cuarentena con hartazgo, desesperanza y mucha ira. No tenemos confianza en quienes encabezan la lucha contra el Covid-19; la realidad ha demostrado que son burócratas incapaces, corruptos e indolentes que no tienen liderazgo.

Cuando Vizcarra aparece en sus monólogos cotidianos es apenas una mazamorra formal y conceptual. Hace anuncios que ni él mismo entiende, miente con las cifras descaradamente, duda, vacila y frente a los retos solo atina a decir “vamos a…”, “tenemos que…”, “debemos de…”. No hay políticas concretas y las pocas medidas que se adoptan son contradictorias e ineficientes.

Por ejemplo, se había anunciado la reactivación por sectores y faltando dos días para que comience se decidió, improvisadamente, prorrogar la cuarentena. El esfuerzo de arrancar la maquinaria industrial, alinear al personal y reiniciar las operaciones cuesta muchísimo tiempo, dinero y energía, pero, claro, la mayor parte de los burócratas ineptos que tenemos a cargo del gobierno jamás han administrado ni su casa.

Esos burócratas, pegados al cargo ministerial por la plata, las prebendas, los sueldos y seguros de montos inmorales en esta crisis, tampoco conocen la realidad de un pueblo, que se vuelca a la calle, con o sin Covid-19, porque al pertenecer al 75% de la informalidad se le plantea la horrible disyuntiva de morir de hambre o morir de enfermedad.

La ayuda social es insuficiente, la distribución pésimamente planificada, el reordenamiento social atrabiliario. Así lo único que se ha logrado es la pérdida de la autoridad y el desprestigio de militares y policías.

Y siguiendo la lógica de que “el pueblo es responsable” por la crisis, hasta el primer llamado a ejecutar políticas coherentes, el ministro de Salud utiliza a los médicos y personal sanitario como carne de cañón. Con indolencia los lanza a la muerte sin protección mínima, para que se contagien, impotentes, ante el drama de regiones como Loreto y Lambayeque.

Mientras tanto, como el gato sigue de despensero, la ministra de Economía, amparada en encuestas trucha y en publicidad internacional financiada indirectamente, incrementa irresponsablemente la deuda externa y está desgraciando las finanzas nacionales.

En esta situación no queda sino darle la razón al pueblo enervado; hasta entendería que un sector democrático de los militares pierda la paciencia. Toca cambiar no solo de Gabinete (y no únicamente a Zamora), sino de estrategias y de líderes. Caso contrario Vizcarra y su argolla terminarán procesados incluso como genocida.