Obras por impuestos: un potencial desaprovechado
En lo que va del mandato del inquilino de Palacio, Pedro Castillo, la percepción ciudadana en cuanto a gestión pública se ha deteriorado de modo sistemático. Según el INEI, mientras que, a diciembre de 2021 el 36% de los peruanos consideraba “buena o muy buena” la gestión del Gobierno Central, a junio de 2022 sólo el 24% piensa de este modo. Una menor caída han tenido los gobiernos regionales (19% a 17%) y las municipalidades (29% a 20%), debido a que ya partían de una muy baja aprobación. La gestión pública peruana está en crisis.
Ante esto parece una buena noticia la aprobación del nuevo reglamento para el mecanismo de Obras por Impuestos (OxI), realizada el pasado septiembre de este año por parte del MEF a través del DS N°210-2022-EF. Las principales modificaciones del nuevo reglamento incluyen: 1) disponer de recursos adicionales -ya no sólo el canon, sino el Focam, Foncor, Foncomun entre otros- para financiar estas medidas y 2) formular proyectos no sólo por obras nuevas sino también para mantenimiento y reparaciones. Esto ampliaría las posibilidades de las OxI.
En los últimos 5 años, las entidades públicas de todos los niveles han devuelto un tercio del presupuesto destinado a la inversión pública; es decir, más de 100 mil millones de soles no lograron ser invertidos por falta de capacidad para formular proyectos de inversión. Sin embargo, las vías para mitigar este problema tampoco se han venido aprovechando. Mientras en el 2016, a través de OxI, se invirtieron 1,085 millones de soles; en el 2020 apenas se alcanzaron los 223 millones, y en el 2021 se recuperó un poco hasta los 617. En lo que va de este 2022 la inversión sólo asciende a 369 millones de soles.
Ante la crisis de un Estado que no responde a las necesidades de la gente, es necesario apostar por más vías como estas para impulsar la inversión pública, que es la que verdaderamente impacta en la calidad de vida de los peruanos. Algo que no se resolverá con este reglamento es la falta de conocimiento de la normativa en todos los niveles de gobierno, que impacta en que existan trabas por parte de las autoridades, y también en retrasos en la entrega de los certificados. Todo esto desincentiva a las empresas a apostar por este camino.
El MEF debería impulsar campañas de capacitación obligatorias en este mecanismo de obras por impuestos, que incluyan además otro tipo de conocimientos para fomentar la inversión pública. La inversión pública es un indicador grueso de la calidad del gasto público, ya que esta es más difícil de direccionar hacia actividades improductivas o mal priorizadas, al requerir mayor justificación documentaria que el gasto en corriente en planillas y en servicios de terceros. Se necesita el apoyo y la supervisión del Gobierno Central. Recordemos que más del 50% del presupuesto en educación y salud depende de los gobiernos subnacionales, quienes tienen la peor gestión, según los propios peruanos.
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