Ocurrió en Chadín
Simpatizantes de Pedro Castillo secuestraron el miércoles a periodistas de América Televisión, y bajo amenaza obligaron al reportero Eduardo Quispe a leer un ‘comunicado’. El domingo anterior Quispe presentó en Cuarto Poder un vídeo donde se ve a la joven Yenifer Paredes Navarro aparentemente ofreciendo obras de saneamiento sin ostentar cargo alguno en el Estado. Durante el rapto el periodista tuvo que leer: “Pedimos disculpas a las rondas del distrito de Chadín y a nivel nacional por no actuar de acuerdo a la verdad”. Era eso o chicote y garrote.
Por más de cuatro horas, Eduardo Quispe estuvo cautivo, junto al camarógrafo Elmer Valdiviezo y el conductor Roel Cabrera. Los secuestradores supuestamente pertenecían a las Rondas Campesinas, pero su comportamiento fue de terroristas al conminar, además, a la lectura de unas líneas que echaban por tierra la denuncia de Cuarto Poder.
Si algo protege a los periodistas que recorren los caminos del país, es mantenerse en la sombra, alejados de la pantalla. No ser reconocido es lo mejor que le puede pasar a quien sigue una pista en terreno adverso. Cuando Eduardo Quispe presentó su reportaje, Jaime Chincha no tuvo mejor idea de sentarlo frente a cámaras para comentar sobre el vídeo en el que aparece Yenifer Paredes, hoy investigada por presunto tráfico de influencias justamente por ese reportaje. Luego de la innecesaria exhibición del reportero en televisión abierta, de alcance nacional, Quispe retornó a Chadín para seguir recabando información. Partió con su equipo y sin seguridad, bajo responsabilidad del director del canal y de un directorio empresarial que vive filosofando sobre la inmortalidad del mosquito, las últimas tendencias de la mixología y la temperatura del mar de Miami.
Después de semejante denuncia contra la cuñada (criada como hija) de un presidente que, hasta donde se sabe, mantiene relación con elementos cercanos al narcoterrorismo o cuando menos al terrorismo de Sendero Luminoso vía el Movadef; a los ‘sabios’ de América TV no se les pasó por la sesera que algo podía ocurrirle a sus periodistas en territorio amigo del régimen; un régimen que es abiertamente enemigo de la prensa, la libertad y la verdad.
Castillo la pasa insultando a los medios y a periodistas que no le son afines. Vocifera en calles y plazuelas contra esta labor. Como si eso no fuera suficiente, el primer ministro Aníbal Torres impulsa una ley para penalizar la publicación de casos de corrupción bajo investigación.
Son tiempos peligrosos para el periodismo. Los directores y empresarios de medios deberían ocuparse de la seguridad de su gente. A contramano corresponde a la prensa investigar, sin sesgos ni segundas intenciones, la corrupción tanto pública como privada.
Vaya nuestra solidaridad con los colegas secuestrados y sus familias, y nuestro repudio a tamaña afrenta contra la libertad de prensa promovida por el régimen.
Mira más contenidos siguiéndonos en Facebook, Twitter e Instagram, y únete a nuestro grupo de Telegram para recibir las noticias del momento.