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A otra cosa mariposa

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Fecha Publicación: 31/03/2022 - 22:50
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Por diferentes razones, expuestas u ocultas, lo cierto es que la pretensión de vacancia del actual Presidente de la República no prosperó, como era evidente que sucedería, pues no había los votos suficientes para ello y porque la causal de permanente incapacidad moral para el cargo es una motivación, si bien constitucional y legal, difícil de acreditar, y más cuando el criterio de moralidad no necesariamente es objetivo.

Muchas personas se preguntan, ¿ahora qué hará el Congreso?, la respuesta es que francamente no lo sé, pero sí recuerdo la conocida frase “A otra cosa mariposa”, por lo que tengo claro lo que debería hacer, que es cumplir con sus obligaciones constitucionales, como son legislar, fiscalizar y representar, pero haciéndolo bien y en lo posible a tiempo completo, ya que los problemas de nuestro país, sea por la recuperación económica post pandemia, como para impedir que el Perú se vaya al hoyo, son ineludibles.

En materia legislativa se requiere un norte, tener una agenda de los temas que urgen tratar, como por ejemplo la necesidad de dictar las normas legales que faciliten las inversiones y que dejen de lado tantos entorpecimientos y trabas burocráticas. También las disposiciones legales que permitan el rápido reinicio de tanta obra pública paralizada, poniendo en cuerdas separadas los diferendos del Estado con los contratistas, de lo que es la culminación de las obras de ejecución suspendida.

En cuanto a la fiscalización, teniendo el Congreso la atribución de hacer investigaciones, comprometerse en dicha tarea, pero sin retrasos, con profesionalismo y sin exagerada utilización de los recursos fiscales.

También para fiscalizar el Congreso tiene la posibilidad de solicitar información a ministros y a los altos funcionarios públicos que la Constitución determina, y puede incluso citar a que concurran a comisiones y al pleno del Poder Legislativo. Tiene además la potestad de interpelar a los ministros y hasta censurarlos de ser el caso y, ante tanto nombramiento de funcionarios, verificar que se cumplan con las formalidades, requisitos y perfiles que correspondan.

Dentro de la misma función fiscalizadora debería velar para que se cumpla desde la JNJ con el nombramiento de jueces y fiscales, de los diversos niveles, para bajar la provisionalidad existente, que atenta contra una sana, eficiente y oportuna administración de justicia.

En el tema de la representación, bien podrían los parlamentarios ayudar en la solución de los problemas de sus respectivas regiones, pudiendo actuar hasta de bisagra entre las comunidades reclamantes y el Ejecutivo, en el ánimo de reducir la conflictividad social y evitar que por ella se echen al tacho tantas inversiones que son tan necesarias para el Perú, que generan trabajo y que con sus impuestos permiten el sostenimiento del Estado, no solo en su planta personal y técnica, sino también en la ejecución de las obras de infraestructura, salud y educación, en que tenemos significativo déficit.

Tareas las hay, sin abdicar por supuesto a su facultad de fiscalización y control, que hay que hacerlas con profesionalismo.

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