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Pinocho en palacio

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Fecha Publicación: 07/08/2020 - 20:30
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La normalización de la mentira perpetrada por Vizcarra como eje central de su gobierno y de su discurso, carcome la política, pulveriza la confianza y esperanza de una población atribulada por la pandemia, la muerte de sus seres queridos, el desempleo y el empobrecimiento galopante. Este hombre ha destrozado su propia credibilidad ante la gente, el resto de autoridades, de sus pares internacionales y, con ello, la integridad de nuestro país en el ámbito global. Su manipulación del lenguaje daña y degrada la política, nos hunde en el purgatorio de la ambigüedad con términos vagos y sin compromiso, hasta haber logrado que el debate y el diálogo sean casi imposibles.

resionado por informes internacionales se ha visto obligado a “sincerar” la cifra de los fallecidos por Covid-19, que a saber son al menos tres veces más que los registrados oficialmente. El ocultamiento de cadáveres es reflejo de su soberbia e incapacidad para aceptar su fracasada gestión de la pandemia por la politización de un asunto exclusivamente científico: al virus chino no lo controlan las frases de un presidentito del quinto mundo ni sus afanes de control social con una cuarentena brutal que ha pauperizado al Perú. En dos tuits del doctor Ernesto Bustamante se lee: “Ojalá que @pcmperu no instaure nueva cuarentena general. El rastreo de contactos vía pruebas rápidas que se encargó a @WalterMartosR nunca funcionó. El camino es cuarentena para los contactos de los infectados luego de detectarlos mediante testeo molecular masivo focalizado. Hay que acorralar el virus: aislar al infectado y poner en cuarentena a sus contactos. Para identificar infectados se aplica estrategia focalizada de testeo masivo, que solo funciona con tests moleculares, que detectan temprano. Acorralar el virus es reducir contagios y enfermos”. Ahora bien, para eso se requiere un presupuesto que Vizcarra prefiere regalar populistamente como créditos Reactiva a empresas insalvables. ¿Reactiva qué?

El progre-marxismo vizcarrista es incapaz de escuchar a los expertos y menos aún agradecer a la empresa privada por su invalorable apoyo. Los señores Dionisio Romero Paoletti (Grupo Romero, Banco de Crédito, Alicorp, etc.); Roque Benavides (Minas Buenaventura) y la familia Rodríguez (Grupo Gloria), entre otros, donan víveres, plantas de oxígeno, prestan sus aviones para trasladar al heroico personal de salud contagiado en provincias; pero este servicio a la patria de los “cochinos capitalistas” es obviado por la prosti-prensa, cada vez más prosti y menos prensa, y con las rodillas rojas de tanto hincarse ante el de turno, tan Pinocho y tan inútil.