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Pizarro, Taulichusco y nuestra identidad

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Fecha Publicación: 06/01/2025 - 22:50
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Por fin vamos ganando una batalla más de la guerra cultural en el Perú: la estatua ecuestre del fundador de Lima, Francisco Pizarro, regresa a la Plaza de Armas capitalina para ser emplazada en el Pasaje Santa Rosa, mientras que la piedra o roca huanca que recuerda a Taulichusco, el último gobernante nativo de la urbe, pasa a su ubicación original al costado de Palacio de Gobierno.
Así, gracias a la gestión y voluntad política del alcalde Rafael López Aliaga, se devolverá el equilibrio simbólico del mestizaje limeño en particular y peruano en general que se rompió por inentendible capricho municipal en 1996 (contra el cual batallamos con dureza), cuando la efigie del marqués fue recluida ingratamente en un estacionamiento del Parque de la Muralla.
Lima, fundada hace 490 años sobre tierras que habían servido a un señorío inca, evolucionó socialmente a partir de una realidad histórica que la izquierda marxista ha querido deconstruir sistemáticamente: el ya mencionado mestizaje o ayuntamiento de europeos y nativos alentado desde el año 1503, cuando la reina Isabel reclamó al gobernador de La Española –hoy Santo Domingo y Haití– Nicolás Ovando que fomentara los matrimonios mixtos “que son legítimos y recomendables porque los indios son vasallos libres de la Corona española”. Toda una novedad para la época que explica, entre otras cosas, que el Perú fue un virreinato y no una colonia; y por tanto, nuestro territorio fue una provincia de ultramar completamente española. De modo que incluso en el siglo XIX la nuestra fue una guerra más separatista que independentista.
Gonzalo de Taulichusco, a su turno, representa al último curaca del valle de Lima que, junto con su población, colaboró con las huestes españolas en su lucha contra los quechuas, ofreciéndoles ayuda y alimentos. Su huanca simbólica fue puesta en valor en 1985 por el alcalde comunista Alfonso Barrantes. Lo cual fue bueno al punto que ambos monumentos, de Taulichusco y Pizarro, son considerados como patrimonio cultural de la nación desde 2017.
Felicitaciones, pues, a Prolima por este acto de revaloración de nuestra identidad histórica. Pero nuestra profunda preocupación porque en el Censo de 2025 se hayan introducido preguntas sobre la auto percepción indígena de los ciudadanos, en lo que constituye un paso más de intento de reavivar los conflictos étnicos nacionales; y en un interés ideológico de desfigurar nuestra identidad como peruanos. Un plan que encaja en las premisas de lucha de los ideólogos de Sendero Luminoso y el MRTA.

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