Plagio mortal
El silencio de la comunidad académica frente al plagio perpetrado por Pedro Castillo y su esposa Lilia Paredes es vergonzoso. Se esperaría que los rectores y los catedráticos de todas las universidades, incluida la César Vallejo, opinaran sobre la deshonestidad intelectual del gobernante, pero hasta el momento hay un silencio sepulcral, aunque la noticia ya dio la vuelta al mundo para vergüenza del Perú.
Hay desinterés por debatir la cuestión de fondo y sus implicancias legales, políticas y éticas. Caray, la parejita presentó una tesis de maestría plagiada en 54% (según análisis con Turnitin) y 100% en el marco conceptual, amén de indicar como validadores a personas inexistentes o que jamás vieron la tesis titulada: “La equidad de género y los aprendizajes significativos del área de personal social en los estudiantes del IV ciclo de la institución educativa N° 10465 Puña- Tacabamba-Chota”.
Solo Rosana Cueva, Beto Ortiz y Milagros Leiva han profundizado este hecho vergonzoso denunciado en el programa Panorama de la ya mencionada periodista Cueva. Este plagio no puede tomarse a la ligera pues se trata de un robo y como tal es un delito que debe castigarse conforme a ley.
La Fiscalía Provincial Mixta de Tacabamba, provincia de Chota, Cajamarca, ya abrió investigación a la pareja presidencial por plagio, falsedad genérica y cobro indebido al Estado, pues al acceder al grado de magíster con la tesis bamba, cobraron bastante más que el sueldo usual de los maestros. Suertudos ellos, el fiscal Juan Ramón Tantaleán Olano, es su paisano, y también obtuvo su maestría en la César Vallejo.
Vaya casualidad, el mundo es un pañuelo.Castillo fue un ex seguidor del ladrón y mitómano Alejandro Toledo y militó en Perú Posible hasta 2017. Si su alguna vez jefecito Toledo mintió diciendo haber estudiado economía en Stanford, ¿por qué él, Castillo, no podía bambear su tesis? El mal ejemplo contagia y pudre.El presidentito lo niega todo, pero mientras las cosas se aclaran la Universidad César Vallejo haría bien en suspender temporalmente los grados académicos a Pedro Castillo y esposa. El sector magisterial también debería emitir opinión y puntualizar que los ladrones de ideas no son idóneos para educar a nadie. Mantener la confianza en el sector académico y el magisterio pasa, pues, por repudiar el plagio y luego apartar a todo plagiario. Lamentablemente vemos un toma y daca político, que no calcula el daño causado a la sociedad por la deshonestidad intelectual.
El actual presidente de la República muestra con su presunto plagio, holgazanería mental, indisciplina y falta de respeto por la creación ajena. Quien no se obliga a pensar es peligroso, porque puede creer que el derecho de los otros a pensar y a expresarse libremente no importa.
Quien no ejercita la mente, entumece sus facultades y su creatividad. Y quien plagia exhibe, sin dudas, una incapacidad moral permanenf
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