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¡Plop!

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Fecha Publicación: 27/03/2022 - 22:50
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Escuché a un oyente en la radio que culpaba al Congreso del alza de los precios de los alimentos y de la gasolina... ¡plop! Afortunadamente la conductora le supo aclarar que el Congreso no tiene que ver en ese asunto.

La semana pasada advertí que el Parlamento debe reorientar su agenda para darle énfasis a la situación económica que atraviesa el país y de los efectos que tiene en el bolsillo de las personas. Si bien el asunto del control político es importante y vamos que el Gobierno se lo gana a pulso, los parlamentarios no pueden estar al margen de lo que sucede tras las paredes del palacio legislativo.

La reducción de las inversiones nacionales y extranjeras en el corto plazo cuyos efectos se notan en la proyección del crecimiento del PBI para este año, tiene su base en el ruido político y la inacción del Gobierno en desatar las trabas en los procesos que generan inversiones.

El lugar natural para discutir estos temas es el Parlamento. Justamente el Congreso ha cedido erróneamente su espacio de discusión y ha generado que el Gobierno convoque al Acuerdo Nacional, constituido por instituciones muchas de las cuales ya no existen y otras que no son representativas, para generar la discusión política que, repito, por naturaleza le corresponde al Congreso.

Nuestro Congreso es impulsivo y desarrolla una agenda frágilmente estructurada respondiendo a los asuntos coyunturales, dejando de lado lo importante por lo urgente. Lo lógico es saber distribuir el trabajo entre las comisiones y el pleno, para poder transmitir ante la población que las preocupaciones parlamentarias abarcan todas las expectativas de la gente y que no solo se centran en los aspectos del control político, que están bien, pero que es insuficiente ante los problemas económicos que atraviesa el país y los peruanos.

El Parlamento, además, debe ser consciente de que la legitimidad y la confianza se pierden rápidamente cuando la inacción es cubierta por las opiniones muchas veces alejadas de la realidad producto de la ignorancia, como el caso del oyente radial que describí al inicio de esta columna. Pero también se pierde cuando no hay una estrategia de comunicación adecuada, que al parecer es el “talón de Aquiles” de las instituciones públicas en general. Lo importante es regresarle al Parlamento su rol protagónico en las discusiones transcendentes y no dejarse apabullar por las acciones del Poder Ejecutivo que trata de quitarle ese espacio.

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