Por acción y no por omisión
Hoy todos somos “expertos” en Covid-19, y por las redes sociales nos han invadido de información. El gobierno también hizo lo suyo; ha venido informado día a día sobre los alcances del virus en nuestro país y de las medidas que ha venido realizando tanto por el Ministerio de Salud, EsSalud y el resto de los organismos que forman parte del Sistema Nacional de Salud, y eso está muy bien.
Esta semana, como no lo hacía hace mucho, estuve metido de “cabeza y pies” en las redes sociales siguiendo el acontecer nacional e internacional entorno a la crisis, y he podido evaluar el accionar de nuestras autoridades. El jueves por la mañana desperté y luego de tomar mi café expreso reglamentario, me senté en la computadora y vi el twitter de la presidenta de EsSalud, haciendo conocer que estaba a disposición de las personas de la tercera edad, el servicio de vacuna a domicilio contra el neumococo, que si bien luego este servicio fue desestimado por considerarse de riesgo ya que el Covid-19 había entrado en una etapa más expansiva, ese hecho generó en mi una buena vibra ya que lo que más necesitamos los peruanos son actitudes positivas.
Luego vi como la gobernadora de la misma institución acudió con el presidente Vizcarra a la revisión de la Villa Deportiva Panamericana, con el fin de convertirla en un hospital para los probables infectados. Me pregunto, ¿cuánto más se habría podido hacer en esa institución, si no se hubiera reducido su presupuesto en 3,800 millones de soles anuales, por causa de normas populistas que han reducido de 9% a 6.5% los aportes de los asegurados? Lo mismo observé con las demás autoridades del sector salud, así como de las fuerzas armadas y de la policía nacional.
Algunos critican desde sus casas las actitudes de los que nos gobiernan, pero esa es la situación más cómoda y fresca. La tarea del gobernante no es sencilla, ya que toman permanentemente decisiones que afectan a millones de personas. Prefiero un gobernante que tropiece por acción y no por omisión.
El buen gobernante debe contestarse permanentemente la siguiente pregunta: ¿cuánto gana mi país con la decisión que estoy tomando? Sólo así podrá saber la importancia de su trabajo y el país podrá estar mejor.
Mi agradecimiento a los que forman parte del batallón de empleados públicos y privados anónimos, que ponen en riesgo sus vidas por los que estamos en casa.