¿Por qué votar este domingo?

Sin dudas, esta debe de ser la elección más decepcionante en la que me haya visto alguna vez obligado a votar; no obstante, quizá sea una de las más importantes. ¿Por qué es clave elegir bien a los alcaldes y los gobernadores regionales en estas elecciones? En primer lugar, porque en los últimos tres años no hemos tenido un punto más bajo en la confianza hacia estas instituciones como a junio de 2022, según cálculos propios en base a la Encuesta Nacional de Hogares que realicé ayer: sólo 9% de los peruanos confía “suficiente o bastante” en su gobierno regional, 12% en su municipalidad provincial y 13% en la municipalidad de su distrito.

A junio 2022, en el caso particular del interior del Perú (todos los departamentos menos Lima), sólo el 16% considera “buena o muy buena” la gestión de su GORE; sólo mitad que hace tres años (29% a junio 2019). En Lima, por lo visto, hace tres años la decepción había llegado mucho antes; ya que la aprobación era de sólo 24%, la cual cayó a 21% para este último trimestre. En cuanto a municipalidades, en el Interior, son las menos aprobadas aquellas provinciales (19%), mientras que por las distritales están un poco por encima (24%). También cabe decir que, desde la pandemia, la opinión respecto a la gestión pública de todas las instituciones se ha deteriorado.

Las municipalidades son importantes porque manejan el 64% del presupuesto público destinado a agua y saneamiento, y el 38% del de redes viales; ambos aspectos son clave para generar un impacto social positivo a través de la inversión pública. Sin embargo, más grave aún es el caso de los gobiernos regionales, que manejan el 47% del presupuesto de salud del Estado, y más del 50% de aquel destinado a la educación. Tenemos una combinación de terror: instituciones que manejan más de la mitad de los recursos en los puntos de mayor impacto social, sumado a la peor gestión pública de nuestro Estados, según los propios ciudadanos.

¿Qué hacer? Elegir bien. Revisar las propuestas técnicas y no votar con el hígado. Tenemos a un presidente que fue electo de esa manera y que hoy ya no cabe necesidad de explicar que es un desastre para nuestro país, que viene deteriorando las instituciones de manera vertiginosa, y que sin duda causará un retraso al desarrollo del país sin precedentes. La crisis económica empieza a generar sus primeros impactos políticos: mientras que, en junio 2021, el 38% de los peruanos consideraba a la corrupción como el principal problema del país, a junio de este año sólo 29% lo considera así.

Mientras tanto, un rubro que era casi imperceptible hace 12 meses -mientras el profesor se ponía la banda presidencial- va en aumento exponencial: los bajos sueldos y el aumento de precios pasa a ocupar el segundo puesto en la agenda pública nacional: 20% de los peruanos lo considera el problema más importante en la actualidad; hace un año, sólo 2%. La delincuencia se ha retraído considerablemente en este último trimestre (de 13% a 6%), por lo que aquellos candidatos que vienen dando un excesivo foco a este problema, sin considerar la crisis, probablemente no lleguen a buen puerto este domingo. ¡Vote bien!

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