¿Qué hay detrás del paro de transportes?
Como evidencia la situación actual, en donde el 70% de los gremios de transportistas han acatado el paro en Lima y Callao, el gobierno de Castillo afronta una crisis más, entre las tantas que se han desarrollado durante su gestión. Los transportistas, al no ser un grupo homogéneo, tienen reclamos variados y dispersos, con muchas demandas que van cambiando y que generan que sea una crisis difícil de controlar. Pero ¿cuál es el detonante? Pues que el Perú tiene la segunda gasolina más cara de Sudamérica: 30% más que en Chile -que no tiene petróleo-, 25% más que Paraguay que tampoco lo tiene, y ni hablar de los casos de Ecuador y Colombia, donde la gasolina cuesta la mitad que en nuestro país. Por el contrario a lo que Petroperú anuncia ayer tramposamente, esta diferencia no se debe a la crisis de Ucrania, ya que el precio internacional sube para todos los países; no explica la distancia entre ellos.
¿Qué lo explica? Varios aspectos. En primer lugar, el Perú consume 250 mil barriles de petróleo al día (BDP), y sólo alcanzamos a producir internamente 38 mil el año pasado. El resto, 212 mil BDP, los importamos al precio internacional, con un costo mucho más alto. Algunos economistas han salido a decir que hemos construido una refinería sin contar con las reservas suficientes; esto es abiertamente falso. En el 2019, el Perú contaba con reservas por 1,225 millones de barriles; Colombia, por ejemplo, cuenta con un poco más: 1,782 millones. ¿Por qué entonces Colombia tiene la gasolina a la mitad de precio? Porque la producción de petróleo en Colombia es de 736 BDP, es decir, ¡casi 20 veces más! No necesitan importar casi el 85% de la demanda como en el Perú. La producción petrolera en nuestro país no tiene ningún tipo de relación con nuestro potencial, porque no se ha puesto en valor.
¿Por qué estamos en esta situación? Porque gracias a la destrucción sistemática del Oleoducto Norperuano, a la debilidad del gobierno para defender la propiedad pública, a la falta de políticas para incentivar el sector; la producción ha caído en 45% durante la última década: en el 2010 producíamos 72 mil BDP. Además, las inversiones en los lotes petroleros se han desplomado en 87%; mientras en el 2010 ascendían a 1,421 millones de dólares, el 2020 fueron de apenas 246. Este es un factor clave, sin el cual no se explica que Petroperú esté importando la mayoría del petróleo crudo para la refinación. Es a este análisis, que se le agrega el hecho de que el proyecto de la Refinería de Talara ha tenido un costo de más de 6,000 millones de dólares, generando que esta empresa estatal, que controla el 50% del mercado de combustibles, añada un margen ocho veces más alto que el que debería, según el exviceministro de Energía, Luis Espinoza.
Este problema, lejos de estar causado por factores internacionales, se ha venido cultivando desde hace muchos años por gobiernos que han tenido una política contraria a los intereses nacionales y a la seguridad energética del país. Bajo una concepción equivocada del manejo de los conflictos sociales y de la mitigación del impacto ambiental, fueron negligentes con asegurar el derecho de todos los peruanos a tener fuentes de energía lo más baratas posibles. Ahora pagamos las consecuencias, e identificar a los responsables lo dejo en el lector.
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