¿Qué quiere Bolivia?
Mientras Pedro Castillo destruye el Perú ‘practicando’ cómo ser presidente, abrió la posibilidad de ceder soberanía territorial a Bolivia. Lo dijo ante Fernando del Rincón de CNN. El ‘aprendiz’ añadió que haría una consulta popular para que “el pueblo decida” si quiere entregar parte de nuestro mar al país del altiplano. El ex canciller Eduardo Ponce de Vivanco no tardó en aclarar, vía RPP, que un referéndum en ese sentido es “constitucionalmente imposible”. Y sobre el mismo tema, la política y jurista Lourdes Flores dijo en el programa de Milagros Leiva que lo mínimo merecido por Castillo es una denuncia constitucional.
El ‘primerizo’ sigue aplicadamente el plan gestado por la inteligencia cubana y el Foro de Sao Paulo (hoy Grupo-Cártel de Puebla). Ese proyecto consiste en exportar el comunismo chicha-caribeño, es decir el castro-chavismo, por toda Latinoamérica, amén de desaparecer nuestras fronteras.
Si el otrora Alto Perú quiere salida al mar que se anexe con confianza al Perú. Eso nos resultaría bastante beneficioso pues nos haríamos de sus vastos yacimientos del cotizado litio, del salar de Uyuni (aproximadamente el 40% de las reservas planetarias).
Lo del ‘mar para Bolivia’, no es clamor de nadie sino una simple estrategia de los grandes titiriteros rojos, sea para el retorno del pedófilo Evo Morales a la presidencia o la perpetuidad en el poder de su partido cocalero y pro minería ilegal, Movimiento al Socialismo (MAS).
A Bolivia le cedimos salida al mar y el usufructo de una playa en Ilo, Moquegua, por 99 años. Y la tienen abandonada. En 1992 el presidente Alberto Fujimori y su homólogo boliviano Jaime Paz Zamora convinieron en crear Bolivia Mar: cinco kilómetros de frente de playa y algo menos de un kilómetro tierra adentro, desde la rompiente. El lugar luce desolado pese a encontrarse a ocho horas de viaje por tierra desde La Paz, un viaje corto si los comparamos con lo que nos toma a los limeños manejar hasta Máncora.
En los convenios para Bolivia Mar se acordó que nuestros vecinos de arriba crearían una zona franca industrial, facilidades para el uso del puerto de Ilo, y de la playa con fines turísticos. Gracias a Fujimori y Paz Zamora, Bolivia volvió a ser un país marítimo, aunque sin soberanía sobre la franja de costa peruana.
La zona franca nunca se activó y pocos empresarios bolivianos usan el puerto ileño porque prefieren los terminales de Chile, es decir del país ante el cual perdieron su mar.
Por tales terminales mueven alrededor de diez mil millones de dólares anuales en mercadería.
En el ámbito turístico Bolivia no invirtió en infraestructura hotelera ni algo parecido. Bien podrían construir espigones para aumentar el área playera, hoteles y restaurantes, pues no son pocos los paceños que veranean en Ilo desde los años 90. En Ilo y no en Bolivia Mar.
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