¿Quién entiende a Boluarte?
La semana pasada la Presidenta Dina Boluarte fue víctima en Ayacucho de una agresión física muy bien diseñada y coordinada por sus atacantes. Por ‘su atrás’, Ilaria Ayme, le jaló el pelo (muy doloroso). Su justificación es que su hijo murió en la escalada de violencia de diciembre del 2022 en varios departamentos del sur del país. Otra señora, Ruth Bárcena, que perdió a su marido en la algarada mencionada, la jaloneó por delante. Boluarte sonreía atarantada y sorprendida. Según Cuarto Poder el esposo conducía una camioneta al aeropuerto para auxiliar a los heridos que enfrentaron a patrullas militares. El marido de Bárcena (estaba separada y lo denunció por agresión), no frenó ante la presencia del Ejército. Probablemente pensó que entraría al aeropuerto. No detenerse ante una patrulla militar es exponer la vida.
Luego de los sucesos, lógicamente la mayoría los condenamos, han rodado, con razón, varias cabezas. Tanto por la agresión en sí, como porque afrenta a la investidura presidencial. Pero lo insólito e inentendible es que Boluarte, la mandataria de este país cada vez más bananero, anunció a través de su ministro de Justicia, quien debe defender la ley, que el asunto no era tan tremendo ni tan grave. “No debe pasar de un incidente… como persona comprende la preocupación de la señora Bárcena y de todos los deudos…Boluarte va a pedir que la investigación no continúe”. Prosiguió con galimatías: “pero por tratarse de una mandataria y donde la Fiscalía actúa de oficio tendría que hacerse todas las investigaciones” Sí, pero no.
Luego el abogado de la mandataria anunció que esta envió a la Fiscalía una comunicación indicando “que no impulsará la denuncia contra su agresora, solicitando el cierre de la investigación”. Con esto, se “pretende evidenciar la empatía de la presidenta con los deudos de los 50 fallecidos durante las últimas manifestaciones violentas”. Obviamente, la desconcertada Fiscalía proseguirá su investigación. ¿Por qué actúa así Boluarte? Tiene miedo. Cree, absurdamente, que la ultraizquierda ligada al Movadef, que le puso el mote de ‘Dina Asesina’, que utilizó a niños para repetirlo, la va a perdonar y tenerle empatía, sabiendo que Movadef actúa políticamente.
La mandataria no entiende que es Presidenta de la República. No puede permitir que se manche el cargo. Si hubiera mantenido en el puesto al exjefe de Dircote, coronel Max Anhuamán, conocería que la arremetida contra el aeropuerto de Ayacucho en el 2022-2023 fue una acción conjunta contra otras instalaciones diseñada por Movadef. Así lo prueban audios que DIRCOTE tiene en su poder. La capturada camarada Cusi y compañía estaban al tanto de las acciones violentas.
Boluarte y sus funcionarios no se atreven a viajar al sur del Perú desde inicios del 2023. Pero nadie le puede impedir que lo haga, preside el país y está dentro sus funciones. Lo debe hacer con inteligencia y el derecho que le asiste. Si Boluarte hace cera y pabilo de la ley, no solo demuestra temor y parálisis ante la ultraizquierda y los gonfaloneros del progresismo, si no que abdica a sus responsabilidades.
Además, si tiene tal ilegal postura, para qué removió a tanta gente de la policía y de la DINI. La irresponsabilidad de Boluarte pasará la factura a todos. Viajar a Puno sí, no para la Candelaria, sino para gobernar.
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