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¿Quién gobierna?

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Fecha Publicación: 05/01/2024 - 22:30
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La inquietud de adelantar las elecciones se escucha en muchos sectores, políticos o no. Viendo la incapacidad para gobernar de la presidenta Dina Boluarte el planteamiento es válido. Pero (siempre hay uno), debemos partir de nuestra precaria realidad. A la inversa de la copla infantil: “Yo tenía 10 perritos” que continúa hasta descender a cero, los partidos inscritos en el JNE eran 24, se sumaron 10 más, ¡son 34! Un número realmente psicotrópico.
Las agrupaciones partidarias se desvirtuaron, ya no son entidades que comparten un ideario, no diremos ideología porque el siglo XXI barrió con estas, pero sí propuestas para nuestro país. Son franquicias que se venden bien. Cierto es que el oscuro presidente del JNE, aliado del vizcarrismo, deja el cargo a fin de año y es una coyuntura propicia. El tiempo lo dirá.

Boluarte tuvo la oportunidad de remontar el desastre provocado por su expresidente, Pedro Castillo. Pero se amilanó, se asustó. Eligió a un Premier con aparente manejo político. Resultó siendo poco transparente. Se alió con la mafia de la Fiscalía para tumbarse a la exfiscal de la Nación Patricia Benavides y salvarse de sus investigaciones.
La impericia de Boluarte se refleja en el caso del coronel Max Anhuamán, exdirector de DIRCOTE. Sus logros en el combate a Sendero Luminoso son contundentes y acertados. Destruyó una célula terrorista en Trujillo que adoctrinaba a más de 50 niños en la tanática ideología del sanguinario Abimael Guzmán. Descabezó al Sendero del Vraem con astucia e inteligencia, dejando al clan Quispe Palomino sin sucesión. Desde diversos espacios sociales se pidió la permanencia de Anhuamán en DIRCOTE.

Era demasiado fácil, se le ascendía a general por acción distinguida, vaya que lo merece, y listo. Boluarte aún tiene la posibilidad. Desafortunadamente, la presidenta se ha dejado manejar. El comandante general de la PNP, Jorge Luis Angulo, cosas de la naturaleza humana y las instituciones, aborrece a Anhuamán. Lo reemplazó por el general Luis Flores, director de investigación de DIRINCRI, rebajándolo profesionalmente. A su vez, el ministro del Interior está en pugna, con razón, con Angulo. Boluarte y su Premier se alían permitiendo este desmadre. La permanencia de Anhuamán es vital para enfrentar al terrorismo, ese que actuó con violencia a inicios del 2023 y que quiso tumbársela. Le conviene a la mandataria y a todos los peruanos.

Boluarte sabe que el ex Premier Aníbal Torres se vinculó con Sendero. Además, aunque sorprendente, el periodista Gustavo Gorriti, de la ONG de izquierda IDL, tuvo comunicación con una activista subversiva. Sendero es insondable. ¿Boluarte es cómplice, inepta nomás o se somete a su Premier? Imposible ser ciega. Los hechos son contundentes.

El ministro de Economía, Álex Contreras renunció y luego dijo que no. La razón: Boluarte se reunió con un posible reemplazante para esa cartera. Se armó la trocatinta. Contreras se movió y la Presidenta, presionada por su Premier, reculó. El país vivió un día de rumores y especulaciones, generando más inestabilidad de la existente.
Si Boluarte no lo sabe, ¿nadie en su entorno puede indicarle que ella está facultada a hacer cambios que son necesarios, que no puede maltratar a quienes colaboran o colaborarían con su gobierno? La mandataria tiene muchas ataduras, familiares y también con su Premier. ¿Quién manda a quién? La corrupción es evidente. Todos la vemos.

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