Quo vadis

La escena de la procesada exalcadesa de Lima, Susana Villarán, bañándose muy oronda en la piscina de su vivienda de Lurín, es ominosa para todos los peruanos. Encima, la tal alberca es una construcción ilegal. La Municipalidad de Lurín conoce esto desde hace mucho, recién la multan. El asesor del alcalde de Lurín es Hernán Núñez, exregidor de Villarán por la izquierdista agrupación Nuevo Perú, cómplice de la exalcaldesa como los que trabajaron con y para ella, beneficiándose. Villarán se confió en su compinche, total en la izquierda todos se apañan. Cómo llegó Núñez, con el descrédito que tiene a ser asesor, es otro cuento.

La imagen ‘piscinera’ nos estampa en la cara que la justicia peruana fue capturada por los progresistas. Crearon una red, apoyados en el corrupto Martín Vizcarra, que incluyó a la cuestionada Junta Nacional de Justicia (uno de sus integrantes hizo negocios con empresas chinas) hasta la Fiscalía y el IDL. Una gangrena de la cual es difícil salir.
La Presidenta Boluarte busca alejarse de esta podredumbre, queriendo colocarse por encima del desagüe. No puede, tiene investigaciones por ser tesorera de campaña de Vladimir Cerrón, el que cuesta trabajo capturar. No obstante, hizo cambios alentadores en su gabinete en las carteras de Economía, con José Arista y en Energía, con Rómulo Mucho. A ambos les esperan retos difíciles. Arista debe poner en orden la economía y conseguir, al parecer tarea imposible, que los ministerios y las regiones gasten bien y con honestidad. Los peruanos están reduciendo el gasto en alimentos. Si la pobreza se incrementa estamos perdidos como país.

Sería conveniente que Arista se dirija al país y explique qué pretende hacer en Salud, Educación, Infraestructura, con la economía nacional y plantee una perspectiva, una ruta. Hasta hoy ha abordado la quiebra crónica de PetroPerú, dándole crédito estatal, usando el dinero de todos los peruanos, recibiendo muchas críticas. El titular de Economía es una suerte de Premier enfocado en los temas del crecimiento. Además, en este caso, debe lidiar con un primer ministro de las características de Alberto Otárola.

Arista y Otárola tienen concepciones políticas diferentes. Durante la campaña pasada, el segundo apoyó con ardor al corrupto y prosenderista Pedro Castillo. Boluarte fue la vicepresidenta del ‘profesor’ Castillo. Cómo se entenderán este ministro y el Premier, no lo sabemos, tampoco el nivel de respaldo presidencial. Arista chocará en algún momento con el espinoso tema de la Autoridad Nacional de Infraestructura (ANIN) a cargo de la Presidencia del Consejo de Ministros. La PCM es un organismo articulador de los diferentes sectores, no le corresponde manejar la inversión pública que realizará la ANIN, pese a que el Congreso aprobó su creación. Cada vez más, el Parlamento desconoce cómo funciona el Estado. Arista requerirá de mucha muñeca.

El ministro de Energía, afín en la visión del país de su par de Economía, tiene por delante relanzar la inversión y la exploración minera. Ya la izquierda, cuándo no, quiere su renuncia por su propuesta de sacar adelante el proyecto de Tía María. Si no hay una sola línea de acción, no se tendrá buenos resultados. El gobierno debería respaldarlo. Esta compleja situación hace que muchos pidan la salida de Otárola. El Premier tiene investigaciones en la corrupta Fiscalía. Evitemos que esta gobierne como lo viene haciendo.

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