Recontra terrucos
Al candidato Pedro Castillo, a sus partidarios y a sus medios (los tiene) les disgusta enormemente que les digan terroristas. Esa reacción tiene como objetivo que sus adormecidos votantes no conozcan quiénes son realmente: una mezcla de senderismo Movadef, Conare con chavismo y totalitarismo.
Ideológicamente, el denominador común es el marxismo-leninismo. Doctrina que tiene a “la violencia como partera de la historia”. La lucha de clases que se engarza muy bien con la dicotomía –llena de odio– de los pobres contra los ricos propagandizada por Castillo.
Hábilmente y gracias al silencio de cierta prensa, el ‘profesor’ Castillo –muchos años inactivo pero cobra– ha conseguido el estatus de víctima del ‘terruqueo’. Es ignorante, no sabe qué es gobernar, pero pasa por el ‘bueno’ y democrático, distanciado del ‘malo’ Vladimir Cerrón. Cuando se devela su pastelón, lloriquea diciendo que lo ‘terruquean’.
Es evidente que Perú Libre usa toda la maña senderista de antaño. Mienten, se dividen las labores y usan el sistema de compartimentos estancos. Aparecen y desaparecen. De Cerrón pasamos a Guillermo Bermejo, luego vino Dina Boluarte, salió y conocimos a Hernando Cevallos, excongresista del alicaído Frente Amplio, quien dijo que Osmán Morote, el sanguinario terrorista, podía trabajar en el Estado.
Castillo anduvo con el Movadef de arriba para abajo. Lo soslaya y es ladino. No le hacen la pregunta del millón: ¿Qué piensa de Sendero, son criminales? No aborda la terrible situación económica que vivimos y evita a la prensa como le da la reverenda gana. Es más, promueve la agresión a periodistas anunciándonos lo que será su régimen: bandas paramilitares como las chavistas que siembran el terror a golpes y con una violencia extrema.
Tarata, Lucanamarca y las matanzas de Sendero no se recuerdan en cierta prensa. Tuvo que ocurrir el ataque a periodistas en Ayacucho y Huancavelica para que esos medios reaccionaran. Pero Castillo no declara sobre esto ante los reporteros. Vía Twitter y mañosamente desacreditó a los medios ante sus huestes, “son prensa basura”, dijo. Pero lo borró y lanzó un vídeo –donde no se le ve la cara– solidarizándose con la reportera violentada. Ahora cada error que se informe sobre Castillo se adjudicará a la “prensa basura”.
A Keiko Fujimori le endilgan una corrupción que no le pertenece, soslayándose la megacorrupción de Ollanta Humala y Vizcarra. Las pillerías de Cerrón en el gobierno regional de Junín se opacan. Nadie es tan horriblemente corrupto como la ‘China’. Cerrón es ladrón pero Castillo es el honrado, el desposeído y el austero.
Deshacer este andamiaje es un reto extremadamente difícil para Keiko Fujimori. Miremos hacia atrás: desde el gobierno de Humala y en los sucesivos regímenes se demolió mediática y judicialmente a los líderes políticos más sólidos: Alan García y Keiko. El plan, continental, queda al descubierto. ¿Cómo eliminar el odio de quienes tienen los ojos vendados?