Resistir, repeler y vencer
Hay inquietantes evidencias de que el plan de subversión a gran escala de la izquierda puede estallar en cualquier momento.
En el nivel parlamentario ciertos acuerdos bajo la cuerda apuntan a imponer una mesa directiva dominada con los rojos aliada con la agitación callejera. Una muestra de lo que está ocurriendo es el tuit del inefable Guido Bellido en el que anuncia que sus huestes han cumplido con ofrecer paz social y desarrollo económico a cambio de la amnistía para Pedro Castillo y su cúpula de corruptos y golpistas. Traducido es una extorsión según la cual estarían dispuestos a frenar las algaradas subversivas que se anuncian para julio a cambio de la renuncia de Dina Boluarte y el olvido de toda la crisis constitucional.
A su turno los caviares, duramente golpeados por la inhabilitación de Zoraida Ávalos y su progresiva pérdida de control del Ministerio Público y el Poder Judicial, así como la reducción del financiamiento de la Open Society a IDL, se han vuelto fieras furiosas dispuestas a atacar a quienquiera se les cruce; y en particular el partido Morado más Juntos por el Perú están agitando para intentar una reedición de los actos levantiscos de noviembre del 2020. A eso se suma la campaña de intenso desprestigio internacional que encabezan personalidades despreciables como Verónika Mendoza.
La instigación a que “se pongan las zapatillas” violentistas ha intensificado los talleres, obras teatrales, seminarios, convocatorias a escuadrones de protesta y ataque en universidades, comunidades, sindicatos y frentes populares; además han pactado con los ronderos y se ha detectado la organización de convoyes que traerán a Lima a manifestantes por miles, así como alojamientos en hoteles y corralones. En suma la logística sediciosa ya está perfilada.
La “tercera toma de Lima” no es un psicosocial. El narcotráfico, la minería ilegal, el contrabando, el narcosocialismo boliviano, el supremacismo aimara y los países del Foro de Sao Paulo le está metiendo mucha plata a la asonada que se avecina y que puede estallar en escala mucho mayor a la que estamos viendo en la provincia argentina de Jujuy.
La policía y los militares conocen muy bien por Inteligencia todo esto y advierten que podría ser necesario llegar al estado de sitio para pacificar al Perú en julio. La responsabilidad es de Dina y Otárola. Por nuestra parte solo reiteramos que debemos prepararnos para resistir, repeler y vencer a los rojos. Cueste lo que cueste.
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