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Respeto al asegurado

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Desentenderse de la política
Fecha Publicación: 04/01/2024 - 22:50
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Con inusitada frecuencia, escuchamos las quejas de los asegurados que tienen que atenderse en el “Seguro Social de Salud”, comúnmente conocido como “EsSalud”.

Las quejas sobre todo son por la atención morosa, colas, postergaciones y falta de respeto, siendo todos los defectos mencionados absolutamente superables, si las autoridades pusiesen los correctivos necesarios.

Los asegurados obligatorios son los trabajadores formales cuyos empleadores pagan la cotización a EsSalud, para que se preocupe de atender la salud de su personal, o sea que en buen romance EsSalud y todo su personal vive gracias a las cotizaciones de los empleadores.

No queremos imaginarnos cómo serían las quejas y las interjecciones de los asegurados si, además, pese a tener derecho, muchos funcionarios de elevado nivel, sean públicos o privados, no se atienden en EsSalud y sufragan seguros particulares de su peculio o se atienden privadamente por médicos y clínicas de su preferencia.
Los médicos y personal asistencial laboran menos tiempo que el resto de mortales, en un tratamiento privilegiado que colisiona con los intereses de los asegurados que exigen un mejor servicio.

Las colas en las emergencias son enormes y hay veces en que los corredores de las instalaciones señaladas para tales servicios, son usados indebidamente para tener pacientes en espera interminable.

Las citas que se dan a los asegurados son cambiadas sin conocimiento de aquellos, con lo cual los hacen perder tiempo valioso para ir desde sus domicilios o centros de trabajo a los establecimientos de atención e, incluso, para los exámenes especializados que ordenan los facultativos tratantes, son agendados para las calendas griegas.
Las lejanas citas, sus postergaciones, la demora en exámenes complementarios, entre otros defectos, hacen no solamente perder tiempo a los asegurados, sino que generan problemas en los empleadores, pues no pueden cumplir a tiempo con sus programaciones, lo que evidentemente también perjudicará su economía.
Si el día tiene veinticuatro horas, no se entiende la motivación para que no existan varios turnos asistenciales de consulta, que cubran todas esas horas los siete días de la semana, incluso domingos y feriados, dando las facilidades que requieren los asegurados, algunos con horarios diurnos, otros con vespertinos y algunos otros con nocturnos, por lo que, sin faltar al trabajo ni necesidad de permisos justificados, podrían ser atendidos en momento conveniente.

Muchas veces los asegurados han escuchado que el edificio de EsSalud con frente a la avenida Arenales en la capital, se destinaría a consultorios con servicio rotativo las 24 horas del día, pero parecería que ello quedó en simple promesa, que ya es hora que sea honrada.

Hoy con las hojas clínicas digitales y con el empleo de programación computarizada, a la que puedan acceder los asegurados, podría facilitarles su atención, que como repetimos no es ningún beneficio gratuito del Estado sino derecho de los asegurados por la cual se paga la correspondiente contraprestación.

Para ser justos hay que reconocer el excelente servicio que se presta en algunas unidades especializadas, como por ejemplo el INCOR.

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