Santa Rosa en el camino mariano
Dina Boluarte no le faltó el respeto al Papa León XIV al no soltar su mano; estaba sonriente y profundamente emocionada. Acababa de recibir una noticia histórica: el nuevo Papa le dijo que haría conocida a Santa Rosa de Lima mundialmente y que incluiría su imagen en el Camino Mariano, reservado a las principales advocaciones marianas. Prevost rompía así una tradición vaticana de 500 años, en cumplimiento de una antigua profecía de 1671.
El secretario del Papa Clemente X, Cardenal Giuseppe Albani, documentó una visión mística del Pontífice que canonizó a Santa Rosa. En ella, la santa aparecía en un jardín celestial rodeada de advocaciones marianas. Anotó que Clemente X dijo: “Llegará el día en que un Papa del Nuevo Mundo la pondría junto a las vírgenes más poderosas en el ‘jardín terreno’, es decir, el Camino Mariano, esa sección ubicada en los Jardines Vaticanos y dedicada a las diferentes advocaciones de la madre del Cristo”.
El Camino Mariano empieza con una réplica exacta de la Gruta de Lourdes —inaugurada en 1902— y el recorrido está rodeado de imágenes o placas a sus diversas advocaciones en los distintos países del mundo: Lourdes, en Francia; Guadalupe, en México; Fátima, en Portugal; Nuestra Señora del Pilar, en España; Nuestra Señora de Czestochowa, en Polonia; Nuestra Señora de Aparecida, en Brasil; Nuestra Señora de La Vang, en Vietnam; Nuestra Señora de África, entre tantísimas otras. Este recorrido espiritual simboliza la universalidad del culto a la Virgen María, y su veneración bajo múltiples advocaciones, cada una con su historia, cultura y milagros propios.
Ese Camino refuerza la idea de que María es Madre de la Iglesia Universal y compañera de todos los pueblos.
El Papa es devoto de Santa Rosa desde su misión juvenil en Lima; le prometió hacerla universalmente conocida. El 30 de agosto de 1985, durante su primera visita al convento de Santo Domingo, se detuvo frente a su urna por cuatro horas en plena procesión. Allí comprendió que Santa Rosa era el alma y madre espiritual del Perú.
Santa Rosa fue luz durante la crisis del siglo XVII, y en la crisis del siglo XXI, vuelve a ser luz universal desde el Vaticano, es el símbolo y la esperanza de un continente que empieza a renacer.
La inclusión de Santa Rosa en el Camino Mariano es vista como una señal divina que revaloriza la santidad americana en tiempos de crisis. Es un gesto poderoso que impulsa a América Latina de la periferia al centro de la Iglesia, elevando la santidad criolla, mestiza e indígena. Santa Rosa afirma al mundo que los santos de América tienen poder de intercesión universal. El Papa León XIV lo ha dejado claro: la santidad no tiene geografía, raza ni nación.
El canciller Schialer dio esta noticia que muchos medios críticos de Boluarte han ignorado. Más allá de sus errores, esta ceremonia en el Vaticano ocurrirá durante su gobierno, en octubre. Y como dijo el analista español Román Cendoya a Milagros Leiva: “Boluarte tiene un papel histórico que ni ella misma conoce, pero se le reconocerá con el tiempo”. Para el analista español, aceptar la presidencia, pese a que su propia bancada le pedía no hacerlo tras el golpe, salvó la institucionalidad, la Constitución y la democracia. Si renunciaba, se disolvía el Congreso, habría elecciones en plena crisis golpista, y la izquierda habría logrado imponer una Constitución al estilo bolivariano.
¿Milagro de Santa Rosa, que nuevamente resguardó al Perú?
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