Segunda vuelta parlamentaria

La Comisión para estudiar y proponer las Reformas Políticas que designó el Presidente de la República ha sugerido que los parlamentarios sean elegidos en segunda vuelta electoral.

Como recordarán, hasta ahora en nuestra patria, las elecciones generales para escoger al Presidente de la República y a sus vicepresidentes se hacían en dos vueltas. Si en la primera vuelta la lista presidencial no había alcanzado la mayoría de votos, se iba a un segundo proceso eleccionario o segunda vuelta, pero únicamente entre las dos listas más votadas. Obviamente si en la primera vuelta alguna de las listas presidenciales había alcanzado más de la mitad de los electores, era la lista ganadora.

Para los representantes al Congreso, las elecciones son en la actualidad en una sola vuelta, esto es en simultáneo con la primera vuelta presidencial, y llegaban a proclamarse al Congreso los que resultaban electos según el sistema de la cifra repartidora y que sus agrupaciones políticas hubieran superado las barreras electorales, esto es el porcentaje mínimo de votos requeridos en relación con el número total de electores y el número mínimo de parlamentarios.

La Comisión Presidencial a que nos hemos referido, en su informe sugiere que en el futuro la elección de los parlamentarios deje de hacerse en primera vuelta, y se haga, de ser el caso, en la segunda vuelta, en el entendido que con el sistema propuesto existan menos grupos parlamentarios, ello como consecuencia probablemente de la mayor concentración de votos entre los dos candidatos presidenciales que vayan a la segunda vuelta, que como es previsible por efecto de arrastre, obtienen para sus listas parlamentarias mayor votación.

El exceso de bancadas o grupos parlamentarios en el Congreso se podría conseguir por otro camino, como el que todos los que dejan sus bancadas originarias tengan que ir necesariamente a un grupo mixto, contrariando la sentencia del Tribunal Constitucional con una modificación parcial de nuestra Ley de Leyes, pues la sentencia a la que nos referimos, en lugar de solucionar un problema, ha generado uno mayor.

El pasar la elección de parlamentarios a una segunda vuelta puede llevar a que existan grupos políticos que no estén representados o que su representación fuese menor a la que se obtendría en una primera vuelta, con lo que se podría atentar contra el concepto de que el Poder Legislativo es la casa de todos, y todos deberíamos estar adecuadamente representados. En fin, es un tema que hay que meditarlo.

Otro tema que hay que reestudiar es el de la cifra repartidora, que lamentablemente no es perfecto y que origina inequidades, como que alguna agrupación política obtenga muchísimos más escaños en exceso de los que le hubieren correspondido de ser el sistema más exigente en la proporción.

Es interesante que, opcionalmente, se permita a los candidatos presidenciales acceder a listas parlamentarias, como ya sucede en el caso de candidaturas a las vicepresidencias. Habría que evaluar el asunto con experiencias de otros países.

Como vemos, tenemos harto que evaluar.