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Ser profesor

Fecha Publicación: 07/07/2019 - 21:50
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Ejercí la docencia desde los 21 años, en la cátedra de macroeconomía. Entraba al aula sin avisar, los alumnos no se percataban que era el profesor, y podía escuchar el “raje” contra el maestro que aún no conocían, y al percatarse que era yo el profesor sus rostros cambiaban y no sabían dónde meter sus caras y menos sus lenguas. Era el profesor que trataba de romper con los estereotipos; generalmente lograba unir la realidad con el tema previsto en el programa de estudios llamado también Syllabus.

Carlos Urbina Merino y Clever Cornejo Espinoza, hoy mis colegas y amigos, eran mis referentes y quienes me aconsejaban de cómo actuar ante los alumnos, dada mi poca edad y experiencia; la frase que más recuerdo de ellos es la siguiente: “el alumno te podrá recordar por dos cosas, por ser un imbécil o por ser una m…” Completen ustedes la palabra. Yo elegí de alguna manera la segunda opción. Fui recto y exigente, pero desaprobaba poco.

Para los exámenes, autorizaba el uso de libros de consulta; si al cabo iban a plagiar prefería que lo hagan legalmente, al final las respuestas no estaban en ningún libro que podrían consultar, ya que yo deseaba que usen el criterio personal para la solución a las preguntas del examen. Inclusive, yo abandonaba el aula. El alumno podía conversar lo que deseaba y así perdían más el tiempo. El resultado de esta estrategia era que toda el aula jalara.

Mi horizonte no era ese examen, sino el final del ciclo de estudios. Así todos pasaban a un examen oral que se iniciaba a las 10 de la mañana y concluía a las seis de la tarde. Alumno “Romero”, ¿qué parte del curso ha estudiado más? La oferta y la demanda, profesor… Uhmm, entonces señor “Romero”, a usted le falta estudiar las otras partes del curso, ¿no? Sí, profesor. Muy bien, le decía, entonces… son las 11 de la mañana, lo espero a las 4 de la tarde para preguntarle por la parte del curso que aún no ha estudiado. Llegada esa hora el alumno regresaba, le tomaba el examen sobre esa parte y aprobaba el curso.

Mi objetivo era que aprendan. Si el ciclo duraba seis meses, ¿por qué deberían aprobarlo en el mes 4? Así, entre otros métodos fue mi paso por la docencia. Carlos y Clever, además de otras actividades, siguen en la docencia. En ellos, Feliz Día, Maestro.