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Si yo fuese presidente

Fecha Publicación: 18/01/2023 - 23:20
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El Estado peruano tiene el monopolio del uso de la fuerza para asegurar la paz, el orden público y hacer cumplir la Ley; para ello, las FF.AA. y la PNP, legalmente, se le subordinan. En una república la ciudadanía no gobierna; menos las minorías. Sin embargo, ante un Estado percibido débil, como el de Dina Boluarte, una horda de terroristas comunistas violentistas pretende desestabilizar el orden público y retomar el poder.

Como corresponde, ante los actos terroristas perpetrándose al interior del país y que, direccionados, se están trasladando a Lima, el Gobierno debería ejercer la represión con fuerza aplastante.

Pero, no está ocurriendo así, por una serie de criterios que, a lo largo del tiempo, a través de la academia y los medios de comunicación, a través del discurso político, se han ido internalizando y aceptando, llegando inclusive a modificarse la normativa, adecuándola en beneficio de los delincuentes, violentistas y terroristas, de tal manera que algunos consideran como derechos civiles la toma de puentes, carreteras, aeropuertos, vandalizar, destruir e incendiar propiedad pública y privada, atacar a la PNP y a las FF.AA. y desacatar el Estado de Emergencia.

Esto ha sucedido así, ya que, a los sucesivos gobiernos, el dedicado, paciente y tenaz discurso político comunista, al cual se han sumado las cómplices causas progresistas, se les ha hecho creer que no pueden ni deben hacer uso de la fuerza, y cándido éste se la ha dejado arrebatar, atarantados por la taladrante perorata de los caviares, políticos, académicos y comunicadores, los que, con el corazón en la mano, sostienen que no se trata de terrorismo, sino del “LIBRE DERECHO DE LA PROTESTA QUE NO PUEDE SER REPRIMIDO CON LA FUERZA”, que “LA FUERZA DEBE SER PROPORCIONAL”, que “SE IDENTIFIQUE, INVESTIGUE Y PROCESE A LOS MUY POCOS RESPONSABLES VIOLENTISTAS QUE, ADEMÁS, SON INFILTRADOS DEL GOBIERNO”, y “QUE SE IMPONGA EL ORDEN PERO SIN VIOLENCIA”.

Ahora, universidades nacionales e infraestructura estatal, nuevamente, están siendo utilizadas como albergue para terroristas y violentistas, y el Gobierno hace poco. Peruanos, todos sabemos qué acto está reñido contra la Ley; sabemos que no debemos estar junto a aquellos que delinquen. Entonces, si alguien decide cometer actos terroristas y de violencia, que asuma estoico la fuerza del Estado con la que se le reprima. Si agrede y ataca a las FF.AA. y a la PNP, sea cual sea su criterio o discurso, deberá estar dispuesto a sufrir las consecuencias, sin mentir ni llorar como cobarde arguyendo no haber participado ni efectuado delito alguno. Deberá estar dispuesto a desgraciar a su familia. Yo les aconsejo, sean ciudadanos de bien, ni se junten, ni participen en protestas terroristas violentistas.

Entonces, Sra. presidenta Boluarte, valiente, decidida, con la legitimidad de su gobierno, con el apoyo de la gran mayoría de la población, ejerza usted el poder; de lo contrario dimita para que asuma el gobierno de transición el Gral. Williams, quien rápido y decidido podría reinstaurar el orden público, y haría caso omiso a la pretensión de su renuncia a la presidencia del Congreso, por parte de los cómplices del terrorismo, para así retomar el manejo del Congreso, y consecuentemente el Ejecutivo, a través de una nueva junta directiva filoterrorista.

Si este humilde Quijote soñador fuese el presidente de la República, protegido con mi indestructible yelmo, cubierto de mi sólida armadura normativa, cabalgando mi poderoso jumento, reprimiría con toda la fuerza requerida, detendría, pondría a disposición de la fiscalía y del Poder Judicial a todo aquel que, siquiera, ose cometer una micro agresión contra nuestros efectivos policiales y del ejército, a todo aquel que encienda un fósforo durante una marcha supuestamente pacífica. Eso sería así, ya que el Quijote “no sufre de miopía jurídica ante actos terroristas, no se deja atarantar con discursos comunistas progresistas terroristas, ni le tiene miedo a nadie”, pero, sobre todo, ¡PORQUE AMA PROFUNDAMENTE AL PERÚ!

Sra. presidenta Boluarte, los ciudadanos de bien, que somos la gran mayoría, ¡NO DEJAREMOS JAMÁS QUE EL PERÚ CAIGA EN MANOS TERRORISTAS!