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Solo para demócratas

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Fecha Publicación: 12/11/2021 - 22:20
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Lo que comienza mal termina mal, reza el dicho que calza como anillo al dedo para el gobierno de Pedro Castillo. Nombró a Guido Bellido, de Perú Libre, como Premier y este fue agresivo, misógino y conflictivo; además de promover, sin vergüenza alguna, una Constituyente, confundiendo las tareas del Ejecutivo con las partidarias. Sin embargo, obtuvo muchos más votos para la confianza que la actual primera ministra Mirtha Vásquez.

Pero, y siguiendo con los refranes, tras cuernos, palos. A la deslucida investidura a Vásquez y su gabinete se sumó la descomposición (bronca en cristiano) de la bancada gobiernista. ‘Cerronistas’ y ‘profesores castillistas’ se dijeron: cuchillo, martillo, peleo contigo, trayendo consecuencias negativas para el gobierno.

Castillo huye de la prensa desesperadamente. Para los 100 desastrosos días de gobierno se fue a Ayacucho, buscando olor a multitud. Solo hubo pocos gatos y rechiflas. Perú Libre no lo respaldó. La Premier desapareció de escena, después de haber sorteado al exministro parrandero y criollazo, Luis Barranzuela. Vásquez es del partido radical Frente Amplio, pero recurre al sector ‘caviar’ con el que hizo y deshizo en el Congreso anterior que presidió.

Esto le ganó la animadversión de los ‘cerronistas’ y de quienes la conocen del Parlamento anterior. Algunos medios quieren ‘levantarla’, pero su posición de que la violencia no deslegitima las protestas y su defensa de la Constituyente, pretendiendo aplacar a Perú Libre, hacen que la Premier no inspire confianza.

Con la grosera e ilegal intromisión de Castillo en los ascensos militares, junto con su ministro de Defensa –quien inexplicablemente sigue en el cargo– y con el secretario de Palacio, Bruno Pacheco, a la Premier le llovió sobre mojado. Ha desaparecido, cayó en el mutismo, solo una parlamentaria de escasa representatividad, ligada al “Lagarto” Vizcarra, declaró solitaria que si Castillo no respalda a Vásquez se generará inestabilidad política.

El sector ‘caviar’ está de capa caída, pero no podrá superar el aborrecimiento de la extrema izquierda, del centro y de la derecha hacia su constante interés de atornillarse en el Estado para controlar y beneficiarse. La izquierda progresista nos impuso a Castillo en el poder.

Es insólito que el mandatario no expectore al ministro de Defensa Walter Ayala. Hay una razón oscura probablemente. Ayala está denunciado por trata de personas y ha afrentado junto con Pacheco a las FF.AA. Afortunadamente, los jefes militares destituidos fueron valientes y demócratas al exponer la brutalidad efectuada en sus instituciones.

Castillo considera que ‘hacerse el muertito’, ser ajeno a la enorme crisis que vive el Perú, lo llevará a buen puerto. Por decencia y amor propio, la Premier debería renunciar. No puede pesar tanto el gusto por el poder y por impulsar a su partido. Castillo, que es machista, ya la desvalorizó política y personalmente. Mirtha Vásquez debe pensar en el daño que hace al país.

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