Soñadores (Parte 2)

Poco se habla de la importancia de los soñadores para el progreso de las naciones y el crecimiento de la economía. No se trata de aquellos que sueñan con hacerse millonarios sino con crear, descubrir, sembrar, enseñar y dejar el mundo mejor de como lo encontraron, y en el camino de ese sueño enriquecerse o no, y crear oportunidades para otros.

En el vibrante escenario del emprendimiento económico, los soñadores son protagonistas indiscutibles de un relato repleto de audacia, visión y esfuerzo. Con alegría, una habilidad innata para hacer realidad aquello existente en su imaginación y una persistencia inquebrantable (que los mediocres denominan terquedad o necedad) abren caminos insospechados y se convierten en arquitectos de la innovación, creando ese algo que impacta positivamente en la economía, propia, ajena y nacional, influyendo significativamente en el destino de un país. Su capacidad para ver más allá y forjar caminos impulsa a la economía hasta límites insospechados.

Tomemos, por ejemplo, el caso del empresario turístico dominicano Frank Rainier (Grupo Puntacana) cuyo nombre en el mundo de los negocios es sinónimo de liderazgo e impulso del turismo en la hermosa y exuberante parte Este de la media isla de la Hispaniola, así como de responsabilidad socioambiental y una profunda preocupación por la recuperación de ecosistemas degradados.

Desde muy joven, Frank soñó con convertir el bosque en el que se abrió camino con machetes y un pequeño volquete, en un paraíso turístico, con lujosos resorts, campos de golf y espectaculares desarrollos inmobiliarios, al alcance de diferentes presupuestos. A través de los ojos del soñador, su inteligente esposa Haydee Kuret aprendió a ver el mundo de una manera diferente, mientras espantaba a los molestos zancudos, y lo apoyó con amor, entusiasmo y trabajo, además del cuidado de la familia que pronto estuvo compuesta por dos niñas y un varón. El sueño de Frank se hizo realidad y su esposa sabía que esto generaría oportunidades atrayendo a vecinos de otras localidades buscando elevar su calidad de vida. Así nació la Fundación Puntacana, con diferentes programas de apoyo social, de salud, educativos y deportivos.

La Fundación Puntacana es cómo la familia Rainieri Kuret agradece a la vida y a Dios por la oportunidad de convertir el sueño de don Frank en una realidad que contribuye al crecimiento del turismo y de la economía de su país. La provincia de La Altagracia donde se encuentra el mayor polo turístico de República Dominicana representa hoy hasta el 13% del PBI del país.

La historia de este soñador nos demuestra que cuando se persigue una visión con pasión, dedicación y perseverancia, los resultados son extraordinarios y trascendentales para millones de personas, como los más de siete millones de turistas que anualmente llegan vía el aeropuerto de Puntacana para disfrutar de las playas irrepetibles del Este de la Hispaniola.
Soñadores que aman su tierra que los vio nacer es lo que necesitan los países para avanzar.

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