Tergiversación de la moral
Hace meses que venimos sustentando las causales de destitución de Martín Vizcarra de la Presidencia de la República por graves infracciones tipificadas en el artículo 117 de la Constitución, que están plenamente probadas y ameritan la suspensión a que se refiere el artículo 114 hasta su destitución por el artículo 113 inciso 5 del mismo texto constitucional.
Recientemente y con motivo de su falaz discurso de 28 de julio, por el cual anunció que adelantaría las elecciones, terminando con el mandato del Congreso y el suyo, sustentando esto en la obstrucción que venía efectuando el Congreso y echándole la culpa de todas las desgracias nacionales, ambos hechos falsos, fundamentamos en que procedía la declaración de la vacancia presidencial por incapacidad moral manifiesta, art. 113 inciso 2 de la Constitución.
La prensa cómplice de los delitos gubernamentales ha seguido batiendo palmas a un presidente que dejó de serlo hace tiempo, sin embargo, sorprende que, de un momento a otro, todos parecieran estar en su contra a raíz de los audios propalados sobre sus conversaciones con los Gobernadores de las Regiones del Sur del Perú, que analizados debidamente nos permiten evaluar las siguientes posibilidades:
1.- Si Vizcarra está diciendo la verdad en esas conversaciones, es decir, lo dice con la verdadera intención de resolver el conflicto cancelando la licencia de Tía María, por haberse evidenciado irregularidades en los Estudios de Impacto Ambiental, como lo han demostrado los pueblos del Sur, estamos ante el primer acto correcto de su gestión como Presidente de la República.
2.- Si Vizcarra está fungiendo de amable componedor frente a los Gobernadores, en tanto asegura a Southern seguir con Tía María vía suspensión estratégica temporal de la licencia, sin correcciones, sería un fatídico engaño de los pueblos del Sur, que provocará el estallido de una legítima insurgencia.
Conociendo la actuación de Vizcarra a través de sus decretos legislativos y políticas de Estado pro - colonización del Perú y la usanza de la mentira como metodología política de su gobierno, podemos concluir en que se encontraría incurso en la segunda posibilidad.
La pregunta es: ¿Por qué estamos tergiversando la interpretación moral de la realidad y suponemos que la cancelación de una licencia irregularmente obtenida es motivo para vacar al Presidente, cuando lo que está en riesgo por su ilicitud, es la preservación de una agricultura sana y la vida de los pueblos del Sur?