Totalitarismo a la vista
Ante la decisión de Pedro Castillo de eliminar el sombrero de su vestimenta, tema menor ciertamente, surge la siguiente hipótesis: lo usó en la campaña para ser reconocido como alguien del campo, desligado de la figura del dirigente magisterial radical vinculado a Sendero Luminoso. De hecho el gobernante tiene varios asesores que actúan en la sombra, donde sin duda está la inteligencia cubana y la presencia del chavismo.
Desde que eliminó el sombrero se muestra más radical, se prodiga en viajes dando malos discursos, embiste al Congreso que quiere cerrar. Evidentemente, la asesoría cubano-chavista está en acción. Hay un plan macabro, pero la determinación de llevarlo a cabo parece indicar que es ahora o nunca. Con la llegada de Cerrón al gabinete, el desprecio por las leyes y la Constitución se acelera.
En conjunto, el senderismo y los castristas han levantado cabeza. Están movilizando a las regiones para demostrar que el pueblo los respalda. Por eso han inyectado mucho dinero para que llegue gente de provincias, pagada, a gritar con fervor: “Cierren el Congreso”. El libreto incluye movilización a caballo cual morochucos.
Castillo se ha empoderado porque la oposición es inexperta, de poca trayectoria política y no vislumbra que llegó al poder (con fraude) la extrema izquierda: Castillo, Perú Libre, con el Sendero del VRAEM, los ‘antauristas’, los frentes de defensa y a última hora Verónika Mendoza. Al inicio hubo fricciones, nunca pelea firme, entre Castillo y Cerrón. El aparato de inteligencia extranjera ha impulsado la unidad. Por eso ahora se ‘cacarea’ el cierre del Congreso sin pudor.
En el Parlamento no hay unidad de la oposición democrática. Peor aún, la bancada de Acción Popular tiene siete congresistas que son ‘castillistas’. Alianza para el Progreso es un misterio. Sin embargo, vimos una foto ‘celebrando’ una delirante tregua con los radicales hasta que se presente el nuevo gabinete para el voto de confianza. Por supuesto, Perú Libre ya les dijo que tregua, nones.
Es un momento crítico para la democracia peruana. El gabinete y el gobierno están atiborrados de funcionarios con denuncias de todo tipo: acoso sexual, violación, robo al Estado, algo nunca visto en el país. Los destapes que hace la prensa no afectan al régimen. Responde cuando quiere y como guste. Además, la Fiscalía no existe. El propio Castillo está embarrado de corrupción y tiene el cuajo de lanzar la estupidez de que la OEA venga a auditar al Perú. Sería el colmo que Cancillería viabilice tamaña tontería.
El malestar de los peruanos frente al gobierno es de 70%, los precios han subido tremendamente y hay descontento, un espacio que se debería aprovechar. Darle la confianza o no al nuevo gabinete es una encrucijada. De negársela, el Congreso pierde una bala de plata. El nivel de confrontación es tal que probablemente se nombraría a un gabinete peor que el actual, denegándole la confianza. Y chau Congreso.
Un Parlamento en funciones tiene poder, pero requiere de unidad, de objetivos claros y de liderazgo. ¿Estarán los congresistas democráticos en ese talante? Pronto se despejará la incógnita. Es enervante que aún no se vea la acusación constitucional contra la Fiscal de la Nación, tampoco la de Castillo. El Estado está copado, si no hay reacción unitaria, el desenlace será fatal e irreversible.
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