Tragedia nacional
La mediocridad apocalíptica del régimen de Pedro Castillo hace el diario vivir más difícil, mientras los precios se disparan. A falta de propuestas le sobra soberbia. Nuestro país está en manos de una morralla de prontuariados, senderófilos, simpatizantes de narcoterroristas e ignorantes. Salvo escasas excepciones, nunca sonó más cierta la frase de Albert Camus: “La política y la suerte de la raza humana son formadas por hombres sin ideas y sin grandeza. Aquellos que tienen grandeza dentro de sí mismos no hacen política”.
Tenemos un presidente que no puede hilvanar dos ideas coherentes porque carece de ellas y es incapaz de expresarse. Dice que está ‘aprendiendo’ a gobernar, algo imposible para quien como Castillo, desconoce profundamente el funcionamiento del aparato estatal, gusta rodearse de incompetentes y es ajeno a la realidad que padecen millones de peruanos. La creciente miseria y hambre del pueblo, al que dice representar, no le impide celebrar carnívoros bacanales en Palacio: se ha gastado miles de soles en una tonelada de carne roja y decenas de kilos de cuy. Su vicepresidenta –la emperatriz de los caviares– Dina Boluarte, desentonó la muliza ‘Falsía’, en el Consejo de Ministros realizado en Huancayo, dando un claro mensaje: “¡Justicia! Justicia no hay en la tierra, justicia sólo en el cielo!”, o sea más o menos ¡muéranse! La ministra Betsy Chávez recurrió a la performance del lenguaje para decir absolutamente nada y el premier Aníbal Torres ensalzó la figura del tirano genocida Adolf Hitler. Si esto no es el preludio del fin de los tiempos, lo es del fin del Perú.
El trío lapicito –Cerrón, Bellido, Bermejo– insiste con la constituyente pese a que esa propuesta es responsable de la debacle desencadenada por Castillo. El portal de opinión ‘El Montonero’, dirigido por Víctor Andrés Ponce, VAP, editorializa preguntándose “¿cómo así los dirigentes de Perú Libre siguen agitando dicha propuesta casi como un mantra religioso? La respuesta es simple: el derrumbe del Gobierno de Castillo no tiene como contraparte una alternativa de la oposición en el Congreso”. Cierto, únicamente la congresista Patricia Chirinos actúa, valiente y solitaria, como opositora de este régimen antidemocrático y aniquilador; otros, como el almirante (r)
Montoya, justifican el arresto domiciliario impuesto a todos a principios de semana, aduciendo que informes de inteligencia revelaron que habría un intento (de no se sabe quién) de tomar Lima.
La tragedia seguirá. Castillo no renunciará. En el Congreso –con mayor desaprobación que el presidente– no se logran las alianzas para vacarle, inhabilitar a Boluarte y convocar a nuevas elecciones. La presión de la calle amainará conforme la represión se acentúe. Puede que tengamos Castillo para rato. Y esto cuando la Organización Mundial de la Salud, OMS, alerta de nuevas variantes de virus chino que podrían volvernos al día 0 de la pandemia. De hecho, Shanghái está ya cerrada. Dios nos coja confesados.
Mira más contenidos siguiéndonos en Facebook, Twitter e Instagram, y únete a nuestro grupo de Telegram para recibir las noticias del momento.