Tres plagas nos amenazan
La única certeza que existe hoy en nuestro país es el acecho de tres flagelos implacables. Mientras el país se tambalea al borde del abismo económico, crece la desesperanza, la angustia y el temor. Son tres sombras que se entrelazan como serpientes venenosas, cada una creando males distintos: una nos quiere dictar hasta el sentido del humor; la segunda, obligar a que repartamos lo ganado con el sudor de nuestra frente; y la tercera, arrancarnos la vida por un celular o un reloj.
El Perú está acosado por el progresismo, léase caviares; el socialismo del siglo XXI, o narco-castro chavismo, es decir, comunismo; y la creciente violencia urbana que ya son guerrillas o terrorismo urbano. Todo esto tiene a la ciudadanía en un estado de angustia constante. La población anhela la mano dura contra los delincuentes, quiere un Bukele, pero saltan los caviares y comunistas en defensa de los derechos humanos de los hampones.
En estos momentos se entienden mejor las tres leyes morales de los Incas: Ama Sua, no seas ladrón; Ama Llulla, no seas mentiroso; y Ama Quella, no seas flojo. Estos valores tradicionales han demostrado su valía a lo largo de la historia y podrían ser el faro que guíe a la sociedad peruana hacia un futuro más próspero y pacífico.
La violencia interna no puede pasarse por alto. Recientemente, hemos sido testigos de eventos impactantes que demuestran que nadie está a salvo de la creciente ola de criminalidad e inseguridad ciudadana. Causa alarma la aparición de un fenómeno que puede describirse como guerrillas urbanas, compuestas por avezados inmigrantes venezolanos y colombianos, con prontuario.
Esto plantea una serie de desafíos importantes que van más allá de la seguridad personal. La criminalidad impacta negativamente en el espíritu emprendedor y del desarrollo económico.
El emprendimiento y el desarrollo económico dependen de un entorno seguro y estable. Los empresarios, locales y extranjeros, grandes y pequeños, requieren un clima de inversión favorable para operar sin temor, pero la ya aparente inseguridad ciudadana desalienta la inversión y, con ello, la creación de empleo y aumento de la pobreza.
El constante temor afecta la calidad de vida de todos. La gente no se siente segura ni en sus hogares y limita sus actividades sociales, lo que a su vez reduce el consumo, afectando a la industria de servicios, el turismo y otras importantes áreas de la economía.
Abordar esta tercera plaga, requiere que el gobierno y las autoridades tomen medidas firmes para restaurar el orden y la seguridad. Esto incluye fortalecer la presencia policial, mejorar la investigación, la persecución de criminales y la mano dura.
Las tres plagas afectan la salud mental, especialmente después del largo período de confinamiento debido a la pandemia. Vivir en un entorno seguro es un derecho fundamental para que las personas prosperen y disfruten de una vida plena y libre sin temor.
La ciudadanía anhela respuestas y un camino sin cruzarse con estas plagas, que sin querer se ayudan entre sí.
Los caviares cuestionan a la policía; la policía termina presa por cumplir su labor; avanza la criminalidad y los ociosos ayudan se acercan a las bandas y pandillas para ver si sacan alguito.
Mira más contenidos siguiéndonos en Facebook, Twitter, Instagram, TikTok y únete a nuestro grupo de Telegram para recibir las noticias del momento.