Trump vs. el comunismo
El martes se realizan las elecciones más importantes de nuestra historia reciente. De sus resultados dependen la sobrevivencia y fortalecimiento de las democracias y de la expansión de las bondades del libre mercado, representados por el patriota Donald Trump. A contramano, el posible triunfo de la dupla Joe Biden-Kamala Harris hace salivar a los líderes del Eje del Mal: Irán, Siria, Cuba, Zimbabue, Bielorrusia y especialmente a China, lo mismo que al narco-comunista Grupo -más bien ‘Cartel’ de Puebla (ex Foro de Sao Paulo)
Joe Biden fue vicepresidente de la administración de Barack Hussein Obama II, la dupla Obama-Biden tiene como precedentes: ser el único gobierno de la historia de los Estados Unidos que ejerció ocho años con el país en guerra, haber estimulado el ala ultraizquierdista del Partido Demócrata y ser obsequioso con las dictaduras comunistas de la región, especialmente con la cubana.
Biden ha calentado asiento en el Congreso por cerca de medio siglo, así es que poco o nada sabe de ganarse el pan en el competitivo mundo laboral. Es un hombre mayor, de pocas luces cuyo deterioro cognitivo es evidente y preocupante pues de llegar al poder, más temprano que tarde será relevado por Kamala Harris cuya vida entera ha estado rodeada de socialistas y comunistas. Basta recordar un tweet del comunista ‘Demócrata’ Bernie Sanders, para darse cuenta de su simpatía por tal señora: “[…]Ella comprende lo que se necesita para defender a los trabajadores, luchar por la atención médica para todos y derrocar a la administración más corrupta de la historia […].
Harris encarna al progre-populismo globalista, a la peligrosa multiculturalidad y al aborto. Está cargada de desprecio contra los católicos y cristianos, como pudo notarse en su trato y preguntas a la entonces aspirante a juez de la Corte Suprema y hoy integrante de esta, Amy Comey Barrett (47), católica, madre de siete niños, dos de ellos negros adoptados en Haití. Como es de esperarse de todo hipócrita progre, Harris está con los sindicatos y la patronal; de hecho el ascenso de su carrera se la debe en gran parte a las donaciones de la familia petrolera Getty, aunque se llena la boca hablando contra los combustibles fósiles y el cambio climático. Está casada, obviamente, con un blanco con poder: Douglas Emhoff, abogado de distribuidoras de armas, de farmacéuticas y de compañías del Partido Comunista Chino.
El martes, Estados Unidos, la gran potencia mundial y la única de nuestro continente, podría caer en manos de la izquierda controladora del partido demócrata que alentará el avance del narco-comunismo en nuestra región o podría ocurrir que el patriota Trump sea reelecto y podamos dormir tranquilos.
