Un correo anónimo del mundo real empresarial

En esta oportunidad quiero compartir un correo anónimo que describe seguramente la situación de muchas empresas en el Perú. Cuando lo lean seguramente se darán cuenta de que hay un discurso hipócrita de los que ahora dirigen el Estado en todos sus niveles; por un lado pintan lindos mensajes para incentivar la inversión privada nacional y extranjera, pero por el otro lado no hacen nada para que las empresas sobrevivan y sigan reinvirtiendo en el Perú. El jueves se aprobó en el Congreso la reelección de alcaldes y regidores que en su mayoría desconocen deudas empresariales originadas por sus antecesores. Estoy a favor de la reelección, pero ¿dónde queda la obligación de cumplir con las deudas de las obras? Aquí el texto del correo anónimo:
“Digamos que usted tiene una empresa que factura unos 3 millones anuales como proveedor del Estado.
Hay una municipalidad que le debe 2 millones y no le paga.
Usted inicia un arbitraje, que no es barato, y un año y medio después, en el que también tuvo que pagar abogados, un tribunal arbitral emite un laudo ordenando que la municipalidad le pague los 2 millones que le debe.
El laudo tiene el mismo valor que una sentencia judicial. Pero la municipalidad, como muchas otras entidades del Estado, no le hace caso al laudo. Usted sigue sin cobrar los 2 millones que le deben.
Usted inicia un juicio y 8 meses después, en los que siguió pagando abogados, un juez ordena que la municipalidad cumpla el laudo y le pague.
La municipalidad tampoco le hace caso al juez.
El juez ordena un embargo, pero las municipalidades pasan el dinero a cuentas inembargables. Usted no puede cobrar los 2 millones que le deben.
No hay más instancias legales a las que acudir.
Durante esos años de intentos legales por cobrar lo que es suyo, gastó en abogados, fianzas, que seguirán renovándose a costa suya hasta que la municipalidad quiera, y probablemente, créditos para cubrir ese forado de 2 millones en su contabilidad. Por supuesto, la Sunat ya le cobró el IGV y la renta de esos 2 millones.
Pero usted no puede cobrar.
Entonces aparece un intermediario que ofrece que la municipalidad le pague a cambio de una coima de 20%.
Por supuesto, usted lo manda a volar y asume la pérdida aunque eso podría incluso llevarlo a la quiebra.
Estamos todos de acuerdo, ¿no?”.

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