Un irascible momento electoral

El ambiente electoral está tan frío como el clima. Son pocos los peruanos que estén definiendo ya sus preferencias, aunque los hay. Sabido es que los comicios cobran interés a inicios del próximo año; falta mucho pan por rebanar. La mayoría está en otros temas, principalmente la falta de seguridad y la estrechez económica.
La economía nacional marcha positivamente si nos comparamos con otros países sudamericanos. Pero, en el día a día, llegar a fin de mes, solventar a una familia es una situación incierta y angustiante.
La inseguridad campea. Aunque la captura de la madre del hampón-asesino (a) ‘El Monstruo’ merece una felicitación a la Policía. Gran labor de inteligencia y seguimiento poco difundida que ha requerido tiempo y esfuerzo, demostrándonos que los criminales tienen organizaciones afiatadas, difíciles de desbaratar.
Las disposiciones para las motos no parecen funcionar. Se sigue baleando a los transportistas extorsionados y delinquiendo desde estos vehículos. Debería revisarse.
El Congreso está debatiendo levantar la restricción de hacer proselitismo electoral usando el cargo parlamentario y, sobre todo, los recursos del Estado. Se ha planteado suspender la semana de representación en período electoral y así estarán cauteladas las arcas fiscales. Ojalá.
En estos comicios elegiremos a 30 senadores, y probablemente varios de los actuales legisladores buscarán repetir el plato en la cámara alta, por eso la discusión. Son 43 partidos los que competirán en las próximas elecciones. La ampulosidad de la oferta electoral aleja aún más al ciudadano de elegir con responsabilidad. ¿Conoce al Partido Político Prin, a Batalla Perú o a Un Camino Diferente? Seguramente no. Tampoco sabemos para qué se crearon, quién sabe si con un fin oscuro.
El 2 de agosto vence el plazo para inscribir alianzas electorales. Si primara la sensatez, sería conveniente para el país, para la democracia, para todos, que hubiera por lo menos dos importantes bloques, en la izquierda y la derecha. En la izquierda se unió el partido del radical Guillermo Bermejo con dos minigrupos; probablemente ahí quedará. A la fecha, un triunfo de los radicales es lejano.
En la derecha no hay siquiera un atisbo de unión. Keiko Fujimori esbozó la posibilidad de una alianza sin mencionar con quién. Ella afronta un juicio absurdo y el antifujimorismo aún es fuerte. En general, prevalece ser cabeza de ratón, aunque seguramente algunas pocas agrupaciones noveles se unirán con otras devaluadas. El PPC conversa con el partido de Roberto Chiabra y el de Fiorella Molinelli. Importará más pasar la valla que llegar a la segunda vuelta.
Hay que insistir en que esta es una elección de marcas (branding). Los candidatos conocidos, no sus partidos, tendrán más posibilidades. Ya hubo bajas. Hernando de Soto se disputó con su partido y quedó afuera. Carlos Álvarez está en líos con su organización y probablemente no postule. Antauro Humala no puede aspirar a la presidencia.
Agrupaciones como Acción Popular, el PPC y el APRA son casi inexistentes, y quienes tienen algún chance no quieren juntarse con “políticos tradicionales”. Lo más vistoso del alicaído panorama electoral son las broncas entre los candidatos (aún no confirmados) de Renovación Popular y Avanza País. Bochornoso, que si uno le dio o le debe plata al otro. Cero propuestas para infraestructura, seguridad o desarrollo económico. No aprendieron nada. ¿La bronca vende? Usted dirá.

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