Un juglar posmoderno
Lo conocí en Buenos Aires en agosto de 2022, me obsequió “Ella sucede”, un poderoso libro de poemas que tiene como protagonistas a las mujeres invisibilizadas por “el orden social”.
Allí: sirvientas, abusadas, curanderas, precarias, prostitutas, tienen una voz, un verbo sobre el que se ponen de pie para imponerse; un proyecto de escritura cuyo autor, el tucumano Dardo Solórzano, llamó mi atención por la destreza y el rigor con el que asumió un norte muy bien definido para sus poemas.
Una poesía de clase que no caía en el prurito de la queja y la autocomplacencia, sino que arriesgaba, hacía suyo el discurso de las reivindicaciones, pero iba más allá. Por eso, cuando me escribió para decirme que vendría a Lima y me invitaba a presentar “Amauta”, su más reciente poemario, no dude en aceptar, sino en recomendarle a Florentino Díaz, el poeta de Inmanencia, para que nos acompañe.
En ambos existe un diálogo sobre la cosmovisión de sus poéticas. Amauta está dividido en tres partes como tres ventanas que nos convocan a mirar ya no dentro de nosotros mismos, sino dentro de nuestra Latinoamérica. Así, el Hanan Pacha, el Kay Pacha y el Uku Pacha, los tres reinos de la mitología inca, sirven como marco territorial para reconstruir un canto, un proyecto que apuesta por el meta relato desde la concepción épica que reclamaba Lyotard. “Amauta” bien podría constituir un posmoderno cantar de gesta, en el que, a contrapropuesta, aquí el héroe es la imagen de una identidad a la que Dardo Solórzano deconstruye, atomiza en singulares personajes que viajan con él en su recorrido por el Valle Sagrado del Cuzco, el Titicaca, Uyuni, Antofagasta, Callao, Cocora, La Candelaria, Humahuaca o Santa Cruz. “Recorre el paisaje que lo asalta con su metafísica, pero a la vez lo inunda de árboles, animales y pájaros, de mercados sonoros y sangrientos. Todos estos atributos hacen de Dardo Solórzano un nombre que, sin duda, va a gravitar con peso propio entre la mejor poesía de las jóvenes generaciones”, anuncia Leopoldo Castilla, el gran poeta argentino.
Mi lectura de Amauta, mi viaje por esas regiones intrahistóricas: “Alguien está adentro, / contemplás el fuego y sabés que algo lo habita, /un alma que baila consumiéndose”; me deja claro que Solórzano no solo ha escrito uno de los libros más consistentes de las últimas décadas, sino que amenaza con hacer, del mito, una patria verbal; una cordillera donde nos abrazaremos todos.
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