Una ciudad inteligente es una ciudad segura

Hablar de combate efectivo al crimen y auxilio a la ciudadanía es describir uno de los mayores retos de los gobiernos, lo cuales buscan transformar sus ciudades en “inteligentes”. Para avanzar en este camino, las ciudades deben priorizar el uso de las tecnologías de la información y comunicación (TIC) para la seguridad, uno de los ejes del desarrollo económico de los países.

Organismos internacionales sostienen que Latinoamérica “es la región más violenta del planeta, claro está fuera de las zonas de guerra”, esto explica el grado de desconfianza de los habitantes de la región, lo cual genera un círculo vicioso en donde la inseguridad impacta en la inversión y en la actividad económica, desencadenando en la pobreza, uno de los factores de la delincuencia.

El Banco Interamericano de Desarrollo (BID) en un estudio reciente sobre el costo que tiene la violencia en Latinoamérica confirmó que la violencia y el crimen en la región de América Latina y el Caribe generan un gasto de hasta US$261.000 millones. De acuerdo a Henry Bateson, Director de Territorio de Motorola Solutions para Argentina, Perú, Bolivia, Paraguay y Uruguay, en el Perú, según un informe sobre Seguridad Ciudadana del Instituto Nacional de Estadística e Informática (INEI), correspondiente al semestre noviembre 2020-abril 2021, la percepción de inseguridad es aún mayor que antes de la pandemia y es transversal a casi toda la población. El 82.3% del área urbana a nivel nacional, percibe que en los próximos 12 meses puede ser víctima de algún hecho delictivo.

Para poner en práctica el concepto de Ciudad Segura, quienes tienen el rol de proteger a la ciudadanía deben contar con soluciones tecnológicas inteligentes que les permita tomar decisiones efectivas en tiempo real en medio de una emergencia y, más aún, anticiparse a situaciones que amenacen la seguridad, para prevenirlas. Es importante considerar una constante y efectiva formación policial, inversión en sistemas de información, que permita determinar con exactitud los delitos para definir acción y reconocer que las TIC, son el mejor aliado para empoderar y mejorar la gestión policial, aumentar la responsabilidad de los cuerpos del orden y luchar contra la corrupción.

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