Una sesión extraordinaria fracasada

A propósito del pedido del grupo parlamentario Renovación Popular, solicitando una sesión extraordinaria del Congreso para tratar la Moción de Orden del Dia sobre la Junta Nacional de Justicia, y la adhesión del grupo parlamentario de Fuerza Popular, en preciso explicar de cuál es el propósito de esta figura del derecho parlamentario y contarles de refilón una anécdota.

Las sesiones extraordinarias son solicitadas, de acuerdo con el artículo 50º del Reglamento del Congreso por las tres quintas partes del número legal de congresistas, es decir 78. El presidente Congreso está obligado a convocar a la sesión extraordinaria dentro de los 15 días siguientes de recibido el pedido, de no hacerlo lo hace uno de los vicepresidentes o el Oficial Mayor, en último caso. El pedido de sesión extraordinaria debe ser con agenda fija.
La posibilidad de una sesión extraordinaria solicitada por congresistas se hace como contraparte a una Legislatura Extraordinaria que es convocada por el presidente de la república. De esa forma el Congreso también puede autoconvocarse.

Las sesiones extraordinarias se realizan durante los recesos parlamentarios y tiene como objetivo el de tratar temas de carácter urgente, por ello que el reglamento del Congreso establece un número alto para la convocarla.
Esta figura tuvo su debut en la década del 90 cuando la oposición de ese entonces decidió autoconvocarse haciéndole llegar al presidente de ese entonces el pedido con las firmas que estipula el reglamento, sin embargo el presidente del Congreso ni los vicepresidentes quisieron hacerla, por lo que me tocó como Oficial Mayor del Congreso realizar la convocatoria a la sesión extraordinaria. En ese momento me encontraba presionado por la mayoría parlamentaria para no hacerla pero por encima de las presiones era mi responsabilidad el de convocarla a riesgo de que me echaran del Congreso.

La sesión extraordinaria se inició con la lista para computar el quórum y con una mesa directiva vacía, ya que no había presidente ni vicepresidentes, pero por razones del azar al finalizar la pasada de lista la sesión no pudo continuar al no haberse alcanzado el quórum que establece el reglamento. Los parlamentario de oposición pensaron que yo había hecho alguna “magia” para alterar la lista y congraciarme con la mayoría parlamentaria pero ellos constataron que varios parlamentarios firmaron el pedido pero no asistieron, justificándose con las respectivas licencias haciendo que la autoconvocatoria fracasara. Pocos recuerdan este episodio y es una buena oportunidad para contarlo.

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