Valeria Sandi, la Poeta
La pandemia dejó muerte, pero también responsabilidad por reconstruir. El ecosistema de la cultura iberoamericana tiene sus protagonistas, apóstoles de una fe con la que sostienen sus tradiciones. Perú, tan cercano a Bolivia, hermanos de una historia que incluye unión y separatismos, poco ha hecho, políticamente, por fortalecer nuestros vínculos. La poesía sí. Una mañana de agosto, del 2020, recibí la invitación del colectivo Truque Poético para participar en una lectura vía zoom, con escritores de diversos países. La responsable del colectivo era también la directora del Festival de Poesía Jauría de Palabras, Valeria Sandi, una joven abogada de quien tuve noticias por mi amigo Gabriel Chávez Casazola. En aquel entonces el hashtag “QuédateEnCasa”, era la máxima con la que intentábamos protegernos del enemigo invisible. Eso lo tenía claro Valeria, y nosotros quienes desde nuestras computadoras iniciamos un plan para sostener la voluntad por sobrevivir. De pronto éramos todos los gestores culturales impulsando una iniciativa en nuestros países. En noviembre estuve al frente de la dirección cultural de la Feria Internacional del Libro de Ayacucho que tuvo como país invitado a México. Cuando Willy del Pozo, fundador de la FILAY, me preguntó a quién podíamos convocar para fortalecer el equipo, no dudé en sugerir a Valeria Sandi. Así realizamos un evento en el que tuvimos como invitados a Juan Villoro, Eduardo Langagne, Carmen Boullosa, Jeannette Clariond, Emiliano Monge, Antonio Ortuño, Guadalupe Nettel, Alí Calderón, Elisa Díaz Castelo, entre otros destacados escritores mexicanos. Luego retornamos a la libertad de nuestras calles, y continuamos en nuestras labores, con otra visión. Éramos los sobrevivientes de una catástrofe, y estábamos aquí, diferentes, pero vivos. Valeria siguió con la realización de la Jauría, consolidándolo como uno de los festivales más importantes de Bolivia, entregándonos una hermosa lección de fraternidad y cooperación: Gabriel Chávez Casazola y Gary Daher, dirigen hace once años el Festival Poesía en la Ciudad de los Anillos, Valeria es parte de su equipo y, ambos, participan activamente en las iniciativas de Valeria. Hasta allí la persona y su impecable trayectoria. Detengámonos en la Poeta. “Toda palabra viene cargada de asombro cuando los versos reflejan con honestidad el recorrido”, afirma en la contratapa de “Sombra en la palabra”, el libro que tuve el honor de publicar, el 2023, en la colección Primavera Poética. Con esa honestidad capturó mi atención, con ese modo de decir golpeándose con la lluvia. “Llevo dentro / una luciérnaga/ herida/ sobre las palabras/ cómo sostener su luz/ sin condenarla/ al dolor”, afirma, se pregunta. Con esa interpelación consolida una propuesta y le entrega a la poesía boliviana un nuevo ángulo para entender su proceso. “Esta vez/ invoco más lluvia/ ya clavé mis cuchillos/ colgué las tijeras/ tendí mi sombra”, puntualiza en claro diálogo con las poéticas de Pizarnik, Sexton y Plath. No puede ser de otra manera. El 2016 publicó “La luna lleva sal”, “Raíz de ceniza”, el 2020. “Sombra en la palabra” no solo consolida un registro: la reafirma como esa voz que escuchamos con singular expectativa.
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