Váyanse, caviares
La cofradía de parásitos enquistados en el poder y jamás elegidos, es decir los caviares, vociferan “que se vayan todos”, y no por ser necesario para el país o bueno para la democracia sino porque está esfumándose la posibilidad de que su emperatriz Dina Boluarte sea presidente ante la eventual vacancia -algo complicada- de Pedro Castillo.
No fue fácil salir de Martín Vizcarra pese a las múltiples pruebas en su contra porque tenía poderosos padrinos: había sido proveedor de Odebrecht y apoderado de Graña y Montero. El régimen cerrón-castillista es sirviente de ambas, le acaba de entregar más de 700 millones de dólares para la culminación de Chavimochic III, y pueden contratar con el Estado pese a haberlo saqueado.
La caída de Castillo depende más de las empresas de “Lava Jato” y del “Club de la Construcción” que de la decisión del Congreso. Mientras más obras vayan a las constructoras chinas, más posibilidades hay de librarnos de este régimen pirañita. Eso sí, nadie nos salvará de los podridos de cuello y corbata salvo quienes abiertamente, como políticos, han ofrecido aplastarlos: Rafael López Aliaga y Yeni Vilcatoma.
Buena parte de los caviares -incluidos periodistas- disfrutaron dinero de la corrupta Odebrecht y su empresa cómplice Graña y Montero: premios, campañas publicitarias, lavadas de cara, programas políticos en televisión y web, entre otras. Recordemos, además, que en 2017 el fiscal Pablo Sánchez fue cuestionado por respaldar un preacuerdo con Odebrecht. Contrató a Chirinos y Salinas SAC (Chisac) -encargada de la imagen de Graña y Montero- para mejorar la suya. Chisac coordinó un almuerzo con periodistas y analistas, y una reunión con Gustavo Gorriti. Ver: Lava Jato | Víctor R. Nomberto, Doctor en Ciencias Sociales (pucp.edu.pe)
En cuanto a Boluarte, a saber mantendría un pacto con los caviares para reinsertarlos en los espacios de poder perdidos, con acceso a millones para consultorías y asesorías. Pero la desafinada apurimeña espanta inversores del Foro Económico Mundial de Davos, podría ser inhabilitada por causales ya conocidas. Solo así no cambiaríamos “mocos por babas”, como poetiza Joaquín de Larriva y Ruiz (Lima, 1780-1832). Que la Dina no sea la sucesora del eventual vacado, llevó el viernes a que la maquinaria mediática roji-caviar se organizara para lanzarse contra la presidenta del Congreso, María del Carmen Alva. Filtraron un audio chuponeado para tratar de satanizarla, pese a que no dice nada discordante con el artículo 115 de la Constitución, según los expertos: que el Congreso no tiene por qué irse con el vacado ni tampoco si cae su sucesor, sino que la presidencia de ese poder queda a cargo para llamar a nuevas elecciones.
Váyanse caviares, ustedes sobran, invaden por la puerta falsa, generan fake news y prefieren al demonio antes que al apra, al fujimorismo o al porkismo. Son tan antidemocráticos como los comunistas.
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