¿Vendrá Toledo?
El Departamento de Estado de los Estados Unidos concedió la extradición de Alejandro Toledo, por los delitos de colusión y lavado de activos. Recordemos que recibió millonarias coimas de Odebrecht, de al menos US$35 millones de dólares. Toledo no quiere venir pues le espera la prisión. Para evitarla usará a todos sus contactos, aquí y en el país del norte, contactos que no son pocos ni mancos.
Ya cuatro intelectuales enviaron una carta defendiendo su permanencia en California, con el argumento de que en nuestro país: “Un elemento de polarización es la profunda división racial entre peruanos de origen indígena y aquellos con ascendencia europea” y que “extraditar a alguien con [sus] credenciales democráticas a un país en vías al autoritarismo o al anarquismo no es una buena manera de demostrar nuestro compromiso con la democracia y los derechos humanos”.
¿Qué tal? San Alejandrito de Cabana usa la carta racial, y además no lo pueden obligar a ir a su propio país, porque en la alucinación del cuarteto firmante, el Perú es una tribu salvaje, sin instituciones ni modales democráticos. Firman: el zurdo politólogo y metete Levitsky; Martin Carnoy, profesor de Stanford y amigo de Eliane Karp; el profesor Larry Diamond y el célebre Francis Fukuyama, autor de “El Fin de la Historia”. Fukuyama ha olvidado, convenientemente, su entrevista de 2017 con el diario argentino Clarín, donde dijo: “Debe verse como inaceptable que los ricos utilicen y escondan su dinero en paraísos fiscales” (Toledo lo hizo); y agregó: “No hay más alternativa que buscar la rendición de cuentas de aquellos implicados en el Lava Jato” (y Toledo es un implicado en Lava Jato). Ver: https://www.clarin.com/politica/fukuyama-caso-odebrecht-implicados-deben-rendir-cuentas_0_r1cKt9Zf-.html (Fukuyama sobre el caso Odebrecht: ‘Los implicados deben rendir cuentas’).
El célebre politicólogo norteamericano recomendó, también, a Macri focalizar los programas para los pobres y disminuir la ‘grieta’. (www.clarin.com)
La idea de un Perú bordeando la anarquía, en el que hay un sesgo racial de la policía contra los manifestantes “pacíficos” y que Castillo es despreciado por ser un indiecito, que no es, sino un corrupto más y encima golpista, es, coincidentemente, la narrativa distribuida internacionalmente por la caterva de periodistas que fungen de corresponsales extranjeros para diarios estadounidenses, españoles y británicos, entre otros. Es la mismísima gente de prensa que sirvió dócilmente al toledato, sacando provecho. Esos jamás susurraron los nombres de los muertos en las protestas contra Toledo. ¿Casualidad?
Los amigos y cómplices del ladrón no lo quieren acá, pues durante su gobierno Pedro Pablo Kuczynski, su angurriento lobbi-ministro, hizo que Odebrecht volviese a operar, a toda máquina, con su principal consorciada, la extinta Graña y Montero, y ocurre que hay más gente involucrada en la trama Lava Jato, cuyos nombres aún no han saltado.
Si ‘canta’ caerán las máscaras de los sacrosantos e impolutos hipócritas caviares; saldrán a la luz los lobistas de la corrupción, de la B a la Z; sus ministros dejarán las sillas de varios directorios, porque Toledo no callará: los señalará.
Si pisa nuestro suelo saltará el pus, pero quizá su protector el anticristo George Soros impida que eso ocurra. Veremos.
Mira más contenidos siguiéndonos en Facebook, Twitter, Instagram, TikTok y únete a nuestro grupo de Telegram para recibir las noticias del momento.