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Vizcarra busca villano

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Fecha Publicación: 29/11/2019 - 22:10
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El golpista Martín Vizcarra es incapaz de gobernar y de solucionar los problemas de nuestro país, por eso necesita responsabilizar a otros del retroceso económico, las huelgas del sector público, la conflictividad socioambiental, la creciente violencia y la impunidad de la que gozan los señorones delincuentes cómplices de Odebrecht. Tras cerrar el Congreso al de “chiripa” se le agotó el relato de los ‘obstruccionistas’, por eso está en plena construcción del nuevo villano; y todo indica que será la empresa privada. Usó la tribuna de la CADE Ejecutivos 2019 para decir que, “Escudarse en presuntas persecuciones políticas o empresariales no ayuda a buscar la solución”. ¿Quién se escuda y a qué solución se refiere este señor, tan mal acostumbrado a decir todo a medias? La presidenta de la Confiep, María Isabel León, tuvo la torpeza de caer en el pérfido juego vizcarriano y se despachó con que las empresas tienen “tres millones de razones” para dar un paso al costado. Esto en alusión al aporte de Credicorp a Keiko Fujimori en el ballotage del 2011. León olvidó tres cosas: uno, que en esa segunda vuelta se enfrentaron quien garantizaba el modelo que sacó al Perú de la quiebra y del terror, es decir Keiko Fujimori; con quien era admirador confeso del castro-chavismo, Ollanta Humala; dos, olvidó que ella misma comulga con el fujimorismo, tanto que lideró el equipo de Educación del plan de gobierno de Fuerza Popular en las pasadas elecciones; y tres, que Vizcarra ha demostrado ser diestro en clavar el puñal por la espalda.

La respuesta de la Fiscalía a la nueva postura anti-empresarial de León fue allanar las oficinas de Confiep, al día siguiente. ¿Alguien cree que Vizcarra, tan cercano a José Domingo Pérez desde sus tiempos de Moquegua, no estaba al tanto? Como escribiría el buen Aldo Mariategui ¡Jua, jua! En la CADE el golpista dijo “Está en marcha una reforma constitucional”, a cualquier empresario con dos dedos de frente se le hubieran parado los pelos, pero no, en la reunión de Paracas lo aplaudieron, como si esa reforma constitucional no fuera la que pretende traerse abajo el capítulo económico, es decir sustituir el libre mercado por el Estado Empresario o sea el velasquismo, socialismo, comunismo o como prefieran llamarle.

El inquilino de Palacio es un populista de izquierda y como tal requiere a tres protagonistas para su puesta en escena: el líder (él), el héroe (‘su’ fiscalía, que encarnaría al pueblo y su sed de justicia) y el villano (ahora será la empresa privada). Avisados están.