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Vladimir Cerrón vuelve

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Fecha Publicación: 06/09/2024 - 22:20
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Los recientes cambios en el gabinete realizados por la Presidenta Dina Boluarte son desconcertantes y decepcionantes. Sabido es que Boluarte está harta de las críticas constantes de sus opositores, en ocasiones exageradas y pugnaces. Tanto que ya le espetó a todo el país aquello de: a palabras necias, oídos sordos, perdiendo las buenas maneras. Cierto es que la hostilización hacia su persona de parte del propio Fiscal de la Nación, Juan Carlos Villena, interino, es evidente y altamente política. El día de la juramentación de nuevos ministros, este reiteró, convenientemente, las conclusiones de la Fiscalía en el caso ‘Rolex’: Hay indicios de responsabilidad penal contra Boluarte y esta recibió las joyas a cambio de otorgar privilegios y beneficios al gobernador de Ayacucho, Wilfredo Oscorima. Villena metió el dedo en la llaga y no fue casual.
La guerra feroz de los fiscales Eficcop y de la DIVIAC, nuestra policía política, contra el ministro del Interior es grotesca, desgastante y contribuye a la contrariedad presidencial. Sumemos su baja aprobación de las encuestas, la investigación política a su hermano, la lamentable situación de PETROPERU (no es broma, podemos bajar el grado de inversión) y el que no haya estado preparada ni capacidad para ejercer la jefatura del Estado. Nadie quisiera estar en los zapatos de Boluarte. Además, la excesiva demora en capturar al prófugo Vladimir Cerrón se convierte en el gran talón de Aquiles de este régimen. Nadie imaginó que los cambios del gabinete tendrían como sustento abrirle espacio político en el gobierno a Cerrón, prófugo, sentenciado por corrupción en el caso aeródromo Wanka.
De paso, los relevos ministeriales le restan credibilidad al ministro del Interior, a quien la opinión pública y la prensa le reiterarán, con razón, la inacción en la búsqueda de Cerrón. Si hubo alguien leal a Boluarte, fue la exministra de Vivienda, Hania Pérez de Cuéllar. Es reconocida como una funcionaria proba pese a las críticas y antipatías de todo tipo. Ella asumió un ministerio que el gobierno de Castillo hundió en la corrupción más abyecta que el país haya conocido. La investigada y recientemente excarcelada, Sada Goray tuvo el cuajo de digitar al directorio de la SBS y Mi Vivienda. El reemplazante de Pérez de Cuéllar fue secretario general de Vivienda –aproximadamente un año– durante el ‘castillismo’. Ante las denuncias, declaró que solo está como testigo en el caso Goray. Pero haber trabajado con el peor gobierno de nuestra historia lo sepulta como figura pública.
La ministra de Comercio Exterior es una ‘lagarta’ de polendas aunque quiera desmarcarse. Trabajó como viceministra en la corrupta era de Vizcarra, obteniendo este su cuota de poder en el gobierno. El titular del Relaciones Exteriores ha dado declaraciones tan desafortunadas y tibias sobre Venezuela, que junto con lo sostenido por el Premier al respecto (no aceptó que Maduro es un dictador, etc.) y el tuit de Vladimir Cerrón, celebrando la renuncia del ministro anterior, criticándolo por su respaldo a la Venezuela demócrata, confirman el desacertado y suicida viraje que ha dado Boluarte. Sus recientes decisiones revelan también que Cerrón la controla y/o chantajea. Los cambios ministeriales incrementarán la alicaída desaprobación presidencial. Tampoco han consolidado el respaldo del Congreso, por el contrario. ¿Boluarte volverá a sus orígenes? Un temor que genera mayor inestabilidad.

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