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Vuelve el caos

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Fecha Publicación: 08/12/2023 - 22:20
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La fiscal provincial Marita Barreto declaró que no investiga a la Fiscal de la Nación, Patricia Benavides, porque no le corresponde según ley. Pero Barreto –siempre de sinuoso accionar– no explica por qué la foto de Benavides encabeza el organigrama de una descabellada organización criminal, jefaturándola. Esto propició –en combina con el ambicioso coronel Colchado– el allanamiento de las oficinas de la Fiscal de la Nación.

Bastó ello para que el bullying de los medios comprometidos con Odebrecht hicieran causa común contra Benavides, repitiéndose la afrenta y el feroz ataque contra el exfiscal de la Nación Pedro Chávarry. Crearon desconcierto en la opinión pública, trayéndose abajo la imagen de quien metió a la cárcel a Castillo. Luego, entró a tallar la Junta Nacional de Justicia. Esta institución posee un enorme y desbocado poder que sus cuestionados miembros no quieren soltar. Además del jugoso sueldo con el que se benefician, cerca de 10 mil dólares.

Quien controla la Fiscalía tiene una enorme potestad, puede perseguir y empapelar a quienes no le son gratos, también ponerse al servicio del poder político y meter a prisión provisional a quien se le de la gana. Además, valgan verdades el Poder Judicial tiene a supremos abiertamente ‘vizcarristas’, defensores de Odebrecht, del suspendido fiscal Vela, antifujimoristas rabiosos. Con Benavides se logró doblegarlos, lamentablemente han regresado. Ella cometió graves errores: confiar y empoderar a un ‘traidorete’ como su asesor Jaime Villanueva, hoy delator. El estilo Colchado, amedrentar con la cárcel por años, es siempre ‘disuasivo’. Luis Nava y Miguel Atala, par de Judas, mintieron sobre cuentas del expresidente Alan García nunca presentadas, convirtiéndose en colaboradores eficaces, logrando su libertad. Asqueroso, pero se repite con Villanueva.

Luego de destituir a Chávarry, la JNJ se convirtió en una institución totalitaria propia del estalinismo y los procesos de Moscú. Defenestraron a los fiscales supremos Tomás Gálvez, Víctor Rodríguez y Luis Arce, por vinculación con la fantasmal organización criminal ‘Los cuellos blancos’. Se tiraron a la junta de supremos de la Fiscalía, reinó Zoraida Ávalos, quien puede volver, fina cortesía de un juez supremo. Encima los miembros de la tal JNJ tienen tremendos cuestionamientos, pero son intocables.

A Benavides también se la ‘palomearon’ de modo grotesco y dictatorial, sin respetar el debido proceso. Qué importa, la suspendieron por 6 meses. Volvió el oscurantismo y el uso político de la Fiscalía y el Poder Judicial. La junta de fiscales supremos la conforman 4 personas, una destacada al JNE que no cuenta para el cuento. Los tres restantes: Benavides, suspendida, Pablo Sánchez, como las cucarachas sobrevive a toda basura y Juan Villena que el lunes se autoproclamará Fiscal de la Nación. Ungido, como los tiranos, por él y por Sánchez.

El Congreso está en lo suyo. La JNJ logró detener la investigación del Parlamento con un amparo. El PJ aún no lo resuelve. Pero la JNJ aprovechó esto y la libertad de Alberto Fujimori –su bancada estaba abocada a ello– para remover a Benavides. Los legisladores tienen tantos amarres y pactos que dejan pasar lo que les conviene. Pero que bajen del mango, si antes los compraba Castillo ahora los extorsionará la Fiscalía con la prisión preventiva. El telón de fondo de esta guerra político judicial son Odebrecht y la organización criminal de Sada Goray, investigada por Barreto.

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