Zurdópatas anti Trump y venenos del siglo XVII
En los Estados Unidos, como en el nuestro, los medios de comunicación sesgados y las universidades de élite han exacerbado una polarización política sin precedentes, al punto de generarse peleas y distanciamiento entre familiares y vecinos.
Mientras los medios han desinformado procazmente sobre Donald J. Trump, desde su pasada gestión presidencial, las Ivy League vienen adoctrinando desde hace largas décadas, pero con las nuevas generaciones su proyecto socialista ya es descarado. Han deformado la historia y creado activistas que no saben nada sobre las causas que defienden extasiados. Basta ver entrevistas a estudiantes, en YouTube, apoyando causas como la de Palestina/Hamás sin saber de qué se trata. Quienes votarían por Kamala Harris no tenían argumentos para su preferencia. Basta recordar, además, que su única propuesta fue el “derecho” al asesinato de niños por nacer, aborto que le dicen.
El Partido Demócrata, aún no digiere su estrepitoso fracaso, propone un “gabinete en la sombra”, desconociendo la voz de las urnas e incapaz de reconocer el error de haber rechazado a Robert Kennedy Jr., a quien Trump le debe su histórico triunfo.
En este clima enrarecido y enloquecido, en TikTok y otras plataformas se ha viralizado el movimiento “Make Aqua Tofana Great Again” (MATGA), inspirado en un veneno italiano del siglo XVII creado por Giulia Tofana, y usado para ayudar a las mujeres a deshacerse de esposos supuestamente abusivos. Lo inquietante es que este movimiento no se limita a la sátira; muchas de sus seguidoras califican de “abusivos” a hombres que votaron por Trump o que no se escandalizan por su regreso a la Casa Blanca, aunque sean sus propios maridos. Los videos las muestran vertiendo un líquido en bebidas.
Aunque Newsweek defiende MATGA como una sátira contra las políticas conservadoras, olvidando los cuatro intentos de asesinato que Trump sufrió en campaña, vale preguntarse dónde está el humor en una amenaza. ¿Es una metáfora para criticar los valores o un llamado al crimen? Esto refleja la creciente tensión en ese país.
Trump sigue apostando por propuestas positivas, como una comisión para promover la “educación patriótica”, combatir el adoctrinamiento izquierdista en las escuelas y reintroducir la religión en las aulas para los hijos de familias creyentes, que son mayoría. Sostiene que décadas de distorsión histórica han conducido al caos actual.
Cuando el marxismo agonizaba en Europa tras la caída del Muro de Berlín, encontró terreno fértil en las universidades estadounidenses para mutar y sobrevivir. Desde entonces, la idea de Antonio Gramsci: “la larga marcha a través de las instituciones” es realidad: infiltró las artes, los medios, las empresas e incluso los hogares, apoderándose de banderas como el feminismo o el ecologismo para ganar adeptos.
En este panorama, los extremos chocan: por un lado, un presidente que busca restaurar los valores tradicionales; por otro, movimientos que, entre “sátiras” y amenazas, muestran hasta qué punto las diferencias ideológicas pueden degenerar. ¿Dónde quedó la línea que separa la crítica legítima de la amenaza, la mentira y la provocación?
Y acá, ¿cómo serán las elecciones?
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