Él y los terroristas que lo secundaron jamás padecieron los tormentos que ellos infligieron a sus víctimas y, en cambio, obtuvieron millones de dólares por los secuestros.
Después de admitir nuevamente el caso Polay Campos, piensa que lo mejor es retirarnos de la competencia contenciosa de la Corte-IDH y solo quedarnos en la Comisión, previos cambios.