Enrique Valderrama

Van aproximadamente 40 días desde el golpe de Estado del 30 de septiembre, ordenado por Vizcarra.

Las elecciones de enero del próximo año serán de vital importancia. Uno de los objetivos de la oposición democrática debe ser evitar que las listas pro Vizcarra hagan, sumadas a los escaños que obtendrán los comunistas, mayoría calificada. Ello significaría un grave peligro para la democracia, las libertades y la corrección económica.

El gobierno de facto de Vizcarra, su relativo y en aumento control sobre el sistema de justicia y sus aliados de la izquierda criolla sanisidrina y también de sectores extremistas que celebraron el cierre del Parlamento son un combo que augura que el destino final de este proceso es la ruina social, económica y política del Perú.

En estos días la narrativa pro golpe, con sus analistas, constitucionalistas, pero sobre todo con la venia de un importante sector de la prensa, más su bien articulada red de contactos internacionales, se viene imponiendo no solo en la mente de los ciudadanos -que en unos años podría cambiar- sino en el ámbito externo de Perú.

Lo hecho por Martín Vizcarra el 30 de septiembre es un golpe de Estado por el ángulo por el que se le mire. Ha quebrado el orden constitucional ya que no se configuraba ninguna causal que le faculte cerrar el Parlamento.

Vizcarra hace algunos días llamó al pueblo a movilizarse contra el Parlamento; hace menos días, cuando archivaron el proyecto de adelanto de elecciones, Salvador Del Solar hizo lo propio; ambas manifestaciones gozaron de gran cobertura en su convocatoria y en su realización, aunque el número fue muy ralo; el Perú popular no acompaña esas luchas.

E stimados compañeros del PAP: el actuar sistemático del Gobierno de Vizcarra y el establishment que lo soporta nos va a dejar en el país un panorama institucional de serias lesiones y desfiguraciones de órganos republicanos claves, nos lega además una economía estancada que no sirve para generar empleo ni para reducir la pobreza, finalmente nos hereda un panorama social crispado en donde la bú

Todo hace indicar que en las investigaciones sobre el negociado de la adenda de “Chinchero” ha existido favorecimiento y direccionamiento para blindar a Vizcarra, incluido probable secuestro de información. Si sumamos a ello el escenario de retorno apresurado del presidente de Brasil –allá por diciembre- para salvar a los fiscales “Lava Jato”, las dudas se profundizan. Es grave.

El Gobierno de Martín Vizcarra sólo se dedica a giras y viajes casi turísticos en los que no habla de los problemas locales sino vocifera que quiere irse y que con él, se vayan todos. Un show decadente y grosero.

Tras la revelaciones últimas del caso “Chinchero” y el hecho de que la acción de la fiscalía empiece a poner el tema en curso, el presidente Vizcarra ha entrado en una fase de clara desesperación y falta de claridad.

El Sábado estuve en San Juan de Miraflores, en la reunión de dirigentes apristas y sociales organizada por el Colectivo "Unidad Lima Sur". Impulso inicial emprendido por Lucio Llamoca,  Barbara Cumpen, Giuliano Bacigalupo, Leoncio Choquehuanca, Rufino Paz, Nely Motta, Carmen Rueda, entre algunos otros dirigentes apristas.

El Partido Aprista realizó el Sábado pasado su 67 Plenario Nacional PAP, denominado "Consuelo Torres" ; en el mismo acordó por unanimidad promover la vacancia de Martín Vizcarra de la Presidencia de la República.

La claudicación del Estado frente a los arrebatos de un caudillo regional -una copia grotesca de Evo Morales- en busca de palestra nacional es una señal pésima para el futuro y compromete sin duda el presente.

El Presidente accesitario Martín Vizcarra no contento con cumplir 1 año de pseudorreformas inútiles y de no atender la agenda social postergada del país, como la inseguridad, la falta de oferta laboral, el abandono del agro, la obra pública, etc.; ahora aparece con una nueva idea disruptiva, la de alterar el cronograma electoral y adelantar las elecciones generales, sorprendiendo si

El 28 de julio pasado el presidente Martín Vizcarra sorprendió al Parlamento y al país al inaugurar el estilo con el que se ha venido manejando los últimos 12 meses: amenaza y chantaje permanente al Parlamento con un posible cierre si no sacan adelante una serie de reformas que vendió como la panacea y que –para todo efecto práctico– no sirven para mucho más que para centrar el ojo público en l

Manuel Edulfo Valderrama Catalán se fue a los 86 años de edad. Este diciembre hubiera cumplido 87 años, el 25 de diciembre. Fue el hombre más noble y honesto que he conocido. Tenía una extraña inocencia, que a veces parecía sacada de una fábula, y una descomunal devoción por su esposa, el amor de su vida.

Hasta 2011, luego de un exitoso gobierno del APRA y de Alan García, el Perú parecía enrumbado decididamente hacia el progreso, había reducido la pobreza en más de 20 puntos y su crecimiento lo hacía ser llamado "la estrella de Sudamérica". La inversión privada encontró la confianza para expandirse y la obra pública también aportó lo suyo para la generación de empleo.

Los peajes de la corrupción son el símbolo de la hipocresía de una izquierda criolla que gobernó la ciudad de Lima con inmensa ineficiencia e improvisación; pero además pensando en el provecho personal y no en ser coherentes con esa reiterada y publicitada honestidad y superioridad moral con la que suelen estafar de cuando en cuando y avanzar electoralmente.