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Ernesto Álvarez Miranda

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La democracia es un fenómeno político medieval que avanza con el fortalecimiento progresivo de las clases medias urbanas. La presencia marginal de comerciantes ricos como representantes de los burgos en las Cortes Generales de León, evolucionó por la necesidad de incorporar a las élites intelectuales burguesas a la sala de máquinas del poder efectivo.

En Inglaterra nunca hubo una asamblea constituyente, porque su Constitución es la prolongación natural del Common Law en torno a la protección de las libertades y la limitación de los poderes.

El objetivo de constitucionalizar la segunda vuelta fue el de evitar que un candidato radical gane las elecciones presidenciales; precisamente lo que parece haber ocurrido de forma irregular, pero quizás inevitable.

Recién amanece y usted no soporta más el dolor, va a la farmacia y exige un remedio que reduzca su malestar y, de ser posible, cure la enfermedad que lo ocasiona; el dependiente le entrega la publicidad de varios productos comerciales elaborados por laboratorios de diversa calidad y origen, hechos a base de tres genéricos: Acetaminofeno, Ibuprofeno y Naproxeno; usted es libre de elegir cualquie

Las catástrofes políticas son consecuencia de factores que se unen en una especie de “tormenta perfecta” para escribir las páginas más oscuras de las naciones.

Entregamos esta columna sin conocer los resultados electorales. Se prevé un final sumamente ajustado, en el que ambos candidatos podrán sumar algún punto adicional en las proyecciones del lunes y martes.

La inmensa mayoría de peruanos no son fujimoristas ni comunistas, de plano, los dos candidatos que han pasado a la segunda vuelta presidencial no suman un tercio de la población electoral; eso nos permite afirmar que cualquiera que resulte vencedor no tendrá la suficiente legitimidad para efectuar un gobierno partidario con su propio programa de gobierno; pues dentro de la concepción democrátic

La inmensa mayoría de peruanos no son fujimoristas ni comunistas, de plano, los dos candidatos que han pasado a la segunda vuelta presidencial no suman un tercio de la población electoral; eso nos permite afirmar que cualquiera que resulte vencedor no tendrá la suficiente legitimidad para efectuar un gobierno partidario con su propio programa de gobierno; pues dentro de la concepción democrátic

La teoría política diferencia con nitidez el autoritarismo del totalitarismo.

Maurice Duverger afirmó que solo quien logra un segundo mandato parlamentario puede ser considerado político, antes se es tan solo aprendiz; es que la política es una profesión que requiere de continuidad democrática para que los interesados adquieran conocimiento y experiencia, durante muchos años de competencia interna y gestión pública.

Las democracias más solidas se sustentan en agrupaciones políticas permanentes, cada una con su propia identidad ideológica, su programa y sus dirigentes exhibidos en continuo debate en torno a los problemas que interesan a los ciudadanos; así, la campaña electoral solo busca conquistar el apoyo transitorio y emocional de la minoría electoral que no siente ningún compromiso con esas opciones.

El riesgo de copiar los modelos exitosos de otros países no es solo copiarlos mal, sino pretender implantarlos de forma compulsiva, sin atender criterios históricos ni políticos. Mientras en Washington D.C. el principal residente de la Casa Blanca no tiene más poder que los ocupantes del Capitolio, aquí no existe lealtad constitucional al principio de separación de poderes.

Lo fascinante del Derecho Constitucional, hijo de la tormentosa convivencia del Derecho con la Política, es que suele poner en evidencia a quienes intentan manipular sus principios para satisfacer los apetitos y necesidades inmediatas, revistiéndolos con rebuscados argumentos a la medida del transitorio gobernante.

Una de las características del ejercicio de la política que más detestan los ciudadanos en general es la necesidad que se tiene de ocultar las intenciones para que no las descubran los adversarios; aun sabiendo eso, los electores siguen votando por lo que dicen los candidatos en lugar de votar por las ideas que realmente representan; no miden las consecuencias de entregar su valiosa partícula d

Durante el siglo XIX, y gran parte del siguiente, la división política se restringía a partidarios de gobiernos civiles y adherentes a caudillos militares; en ello no había ideología, todo dependía de si el gobierno era de los amigos o de los adversarios.

Si en nuestro país tuviéramos un parlamentarismo, y no una mala imitación del presidencialismo norteamericano, el presidente Sagasti no tendría atribuciones de gobierno, sería únicamente jefe de Estado y una de sus responsabilidades sería la de convocar al líder del partido que haya obtenido más escaños en las elecciones parlamentarias de abril, a fin de encargarle la formación de un Gabinete.<

Hace tres mil años, Atenas desarrolló la singular experiencia de tomar decisiones políticas en asamblea de ciudadanos; así, la responsabilidad por ellas era asumida por toda la comunidad política.

La izquierda marxista participó en las elecciones de 1978 para la Asamblea Constituyente con la declarada intención de boicotear el proceso hacia la democracia; era una oportunidad para difundir su ideología, agudizar las contradicciones, preparar las condiciones para la lucha armada.

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