La turbiedad, la confidencialidad y/o el secretismo son recursos de negociación que, de manera directa, derivan en corrupción. Por eso fue que denunciamos esa tenaz insistencia del presidente Sagasti por ponerle el sello SECRETO al convenio firmado con la empresa china Sinopharm para adquirir 38 millones de dosis de la vacuna oriental anti covid.
Luis García Miró Elguera
Finalmente, el largo brazo de la Justicia ha cercado al lagarto Vizcarra, uno de los individuos más reprobables que, por su ineptitud, mitomanía, fariseísmo y vileza, haya conocido el Perú.
La enfermiza asimetría del fiscal Pérez para cambiar de criterio según a quien persiga, impide que siga ejerciendo su rol de funcionario público contratado para cumplir una tarea vertebral, como aplicar el Estado de derecho que impone la Constitución.
El affaire de las vacunas Sinopharm no debe pasar como un episodio más de la hiper corrupción que anida en el Perú. Vemos, por ejemplo, que el estremecedor escándalo Odebrecht, Graña y Montero, “club de la construcción”, etc., va quedando en el olvido.
“Estamos coordinando la compra de oxígeno a Chile. De la misma manera, hoy también nos encontramos negociando con Ecuador otra compra de oxígeno. La demanda de oxígeno durante la primera ola de la pandemia cogió de sorpresa al gobierno anterior y lo mismo ha ocurrido con las proyecciones del actual ante la segunda ola que venimos sufriendo.
Vamos por partes. El presidente Sagasti se rasga las vestiduras denunciando que quienes le encuentran reparos a la vacuna china “tienen como objeto desestabilizar el gobierno y postergar las elecciones.” En otras palabras, promueven el golpe de Estado y la nulidad de los comicios. Mire usted, ingeniero Sagasti. Acá no hay golpes ni atraso de elecciones de por medio.
La mejor defensa (no siempre) es el ataque, presidente Sagasti. Posiblemente piense usted lo contrario en esta coyuntura, viéndose asediado por la serie de circunstancias por la que atraviesan usted, su gobierno, y su predecesor en el cargo. Pero acá no se trata de pasar la bola al otro jugador, sino de enfrentar la realidad que, más temprano que tarde, habrá usted de encarar ante la Justicia.
Nuestra solidaridad con el periodista Alberto Ortiz y toda la familia Willax, ante la brutal arremetida contra ellos por divulgar un asunto de interés nacional. Ortiz, un baqueano, valiente hombre de prensa, no se arredra ante el poder con tal de satisfacer el interés de una sociedad depositaria de su confianza en los medios periodísticos en los que confía.
De acuerdo a un informe de la prestigiosa agencia alemana Deutsche Welle fechado 29 de diciembre 2020, las vacunas chinas figuraban en ese país comunista como líderes para la inocular a su pueblo. Hasta diciembre último, Sinopharm informaba de un 79% de eficacia de su vacuna, “en una evaluación provisional”. Sin embargo, dicho informe precisa que tal información sigue siendo “incierta”.
Una nación envuelta en pendencias de todo orden por culpa de un fulano apellidado Vizcarra, que tuvo el atrevimiento de conspirar para ser presidente de la República y, encima, clausurar el Congreso. Un proceso electoral crítico que, por las circunstancias que lo rodean y varios postores que participan, amenaza nuestra democracia y Estado de derecho.
Con fecha 15 de julio de 2020, Pilar Mazzetti y Luis Suárez estamparon sus firmas en el Pliego de Condiciones Vinculantes suscrito con Pfizer y BioNTech, para la compra de 9’900,000 dosis de vacuna anti Covid-19. El pedido debió concretarse a más tardar el 31 de diciembre de 2020, según especifica dicho documento. Es más.
Las inminentes elecciones –en apenas un mes y días- transpiran no solamente fraude sino improvisación. El Jurado Nacional de Elecciones –particularmente su presidente, Jorge Luis Salas Arenas- exhibe ciertas conductas erráticas, direccionadas, contrarias hacia los candidatos que no simpatizan con el exgobernante Vizcarra ni con el partido oficialista Morado.
Vamos por partes. Existe la libertad de mercado y están prohibidos los monopolios. Es el Estado de Derecho que dicta nuestra Constitución. Otro mandato de nuestra Carta es que el Estado vela por la vida y salud de los ciudadanos. Dicho esto, analicemos la trapacería de Francisco Sagasti, el presidente prestado por el Congreso designado en mayoría por la izquierda.
En julio de 2019, EXPRESO develó la trama de los progre-marxistas (caviares) para hacerse del poder Judicial y de la Fiscalía de la Nación. No se equivocó. Sin embargo, el apparatchick caviar mediático, político y judicial se encargaría de ningunearlo. Más bien, de desacreditarlo.
Tenemos tal precipicio delante de nuestros ojos que nos impide ver más allá del riesgo latente de vivir amenazados, de manera agobiante, por una mortífera pandemia. Por si esto fuera poco, sin derecho a tener la expectativa de recibir a tiempo un inmunizador.
Este gobierno no tiene explicación coherente –desde el punto de vista de resguardar la salud de la ciudadanía, amparado en el Estado de Derecho- para prohibir que los privados importen vacunas y las distribuyan. Por ejemplo, entre sus trabajadores y familiares, ayudando al Estado a frenar la pandemia que ha segado la vida de más de 110,000 peruanos.
En febrero último, el Grupo de Puebla –que agrupa a todos los partidos comunistas y socialistas latinoamericanos– acordó relanzar su proyecto de comunizar Latinoamérica. Para ello concertó reimpulsar su estrategia de imponer un modelo socialista para toda la región.
Las andanadas de corrupción que a diario comprueban los ciudadanos ha elevado el paroxismo social a niveles peligrosos. ¡La cúpula del poder sigue corrompida! Igual o aún peor que cuando, a comienzos de siglo, Toledo se presentara como el caballero noble que guerrearía hasta erradicar la corrupción acuñada por el fujimontesinismo.