Contra la voluntad de los fiscales Vela y Pérez viene circulando el acuerdo artero con Odebrecht validado por la juez María Álvarez Camacho. Pacto que, en forma ominosa, pasa por alto alrededor del ochenta por ciento del total de proyectos ejecutados por la mafiosa firma brasileña en el Perú. En consecuencia, el acuerdo sólo se concentra en el 20% restante de los proyectos sobrevalorados.
Luis García Miró Elguera
Lima amaneció ayer con una noticia cargada de trinitrotolueno. Apresaron a quien fue secretaria general de Palacio de Gobierno y a la secretaria personal del presidente de la República.
El Consejo de Estado fue una creación de Ántero Flores-Aráoz, entonces congresista y presidente del Parlamento. Lo hizo como salvavidas para evitar el hundimiento como presidente del cleptómano Alejandro Toledo. Recordemos que en 2004, El Comercio lanzaba en sus portadas titulares exigiendo que el entonces mandatario diese un paso al costado “por hechos de corrupción” ligados a sus familiares.
Es evidente que el presidente Martín Vizcarra no sólo es mentiroso. Además es cínico. Término que según la RAE es “Desvergüenza en el mentir y/o en la defensa y práctica de acciones o doctrinas vituperables”. Desafortunadamente, lo de la mentira es el algo que el país ha tomado como modelo.
El estado de la Sanidad peruana refleja el desdén por el ciudadano de sus dirigentes políticos. Sin titubear lo abandonaron a su suerte dándole preferencias presupuestales a faraónicas obras de infraestructura. Gran parte de ellas, innecesarias. Pero sobre todo criminalmente sobrevaluadas.
Se le descalabra el castillito de naipes a Vizcarra. El círculo íntimo que lo acompaña desde Moquegua -Mirian Morales, Karem Roca y Óscar Vásquez- lo ha abandonado. O más claramente, él lo ha echado de palacio de gobierno en vano intento por apagar el cortocircuito que ha creado la mafia vizcarrina al interior de la Casa de Pizarro, para pagar favores a amiguetes, con dinero del contribuyente.
El Tribunal Constitucional desestimó la demanda de inconstitucionalidad presentada por el Colegio de Abogados de La Libertad, contra una disposición del Decreto Legislativo 1421 que regula el plazo de prescripción para que Sunat reclame el cobro de un tributo. El tribuno Blume presentó la ponencia a favor de la demanda.
Un cuadro estadístico elaborado por la OCDE (Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económico) muestra al Perú como el país que PEOR ha gestionado la lucha contra el Covid-19, también en materia económica. Según este instituto internacional, en el segundo trimestre de este año, el Perú ha soportado un declive de su economía superior al 30%. ¡Una verdadera catástrofe!
Avanza peligrosamente la táctica marxista de acordonar al Perú para convertirlo en la versión andina del castrochavismo, concomitante con los proyectos gaucho, boliviano y ecuatoriano. Obviamente a la espera de que finalice la era Bolsonaro para completar el círculo de poder comunista en nuestra región.
Martín Vizcarra amenaza con que “el cambio climático” azotará al Perú como a ningún otro país del planeta. Este pobre hombre, que ha perdido todo resquicio de credibilidad por su mendacidad contumaz, no se satisface con haber engañado criminalmente a la sociedad peruana.
Este Perú contemporáneo –del que se han apropiado las mafias del progre marxismo caviar- se ha convertido en el país de la extorsión. Desde la más pintada autoridad al más poderoso empresario, pasando por políticos, emprendedores, periodistas, etc. El chantaje no respeta rangos ni fortunas. Apunta a su víctima y la acorrala hasta hacerle rendir. Es más.
A al día siguiente de que lo salvase de ser vacado de la presidencia el poder fáctico que lo maneja –eso sí, dejándolo colgado de la brocha en palacio- como buen falsario que es el ingeniero Vizcarra daba cátedra de civismo ante un coro de autoridades de la región Junín, claramente forzadas a escucharlo a cambio de alguna obra prometida por el presidente mendaz.
La mayoría congresal que votó para que continúe instalado en palacio de gobierno un presidente comprobadamente mentiroso, un tramposo evidenciado, un vil traficante de influencias -como Martín Vizcarra- debe explicarle al país cómo le garantizará que este falsario Vizcarra no modifique la voluntad del pueblo para favorecer -en las elecciones generales de 2021- a la izquierda progre-comunista qu
Ayer este país despertó sin presidente. Martín Vizcarra es, ya lo dijimos, un zombi. Un ente instalado en palacio por orden de un poder fáctico. Ese poder que, sin haber sido electo ni contar con las simpatías de la inmensa mayoría nacional, gobierna el Perú.
El presidente que repite como papagayo “mi gobierno lucha permanentemente contra la corrupción”. El mismo presidente que ha dañado al país con sus emprendimientos. Desde el escándalo Chinchero, al “pacto secreto” con Odebrecht, la Reconstrucción con Cambios, la inseguridad ciudadana, etc.
Como precisa el contundente constitucionalista Enrique Ghersi -acotando argumentos irrebatibles- “Vizcarra quiere renunciar a la banda presidencial para gobernar con una medida cautelar”. En otras palabras, valora más que su dependencia como presidente esté en manos de la mayoría del Tribunal Constitucional, que de la propia ciudadanía.
Este choque de trenes entre Ejecutivo y Legislativo –iniciado de manera temeraria por Kuczynski y remachado por el inefable Vizcarra- sólo nos conduce al vacío y la ruina. La situación sociopolítica del país es de vértigo, agravada por una peligrosa coyuntura sanitaria y económica. Desde que asumió el poder la plancha integrada por Kuczynski y Vizcarra, el país ha andado como el cangrejo.